Y todavía el presidente Peña Nieto se atreve a decir que ningún chile nos embona, él, que está tan acostumbrado a que cualquier chile le embone. Él piensa que nos está dando gusto practicando la justicia muy a su estilo. Pactando con el criminal, brindándole garantías para que se entregue, brindándole una fianza para que no lo delate, para que a Duarte no se le ocurra mencionar que durante su campaña presidencial aportó dos mil 500 millones de pesos del presupuesto de los veracruzanos.
Por eso Peña Nieto dejó que Duarte hiciera y deshiciera en el estado de Veracruz. Durante seis años los veracruzanos fuimos rehenes de estos dos trúhanes, que pactaron nuestro malestar, que pactaron el daño patrimonial de Veracruz sin importarles las consecuencias.
Ningún chile nos embona, dice Peña Nieto, y ese chile es el pacto que hizo con Duarte para que éste se entregara, guardara silencio sobre ese pacto a cambio de dejar que la esposa huyera a Londres con todo e hijos. ¿Quién nos asegura que en ese pacto no está también la posibilidad de que Duarte salga libre después de purgar una condena de unos cuantos años?
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