Por eso Peña Nieto dejó que Duarte hiciera y deshiciera en el estado de Veracruz. Durante seis años los veracruzanos fuimos rehenes de estos dos trúhanes, que pactaron nuestro malestar, que pactaron el daño patrimonial de Veracruz sin importarles las consecuencias.
Ningún chile nos embona, dice Peña Nieto, y ese chile es el pacto que hizo con Duarte para que éste se entregara, guardara silencio sobre ese pacto a cambio de dejar que la esposa huyera a Londres con todo e hijos. ¿Quién nos asegura que en ese pacto no está también la posibilidad de que Duarte salga libre después de purgar una condena de unos cuantos años?