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Javier Duarte, no es indio el que no se venga

Armando Ortiz / Este miércoles 19 de abril, a cinco días de que Javier Duarte fuera detenido en Guatemala, se anunció que el contador Javier Nava Soria, uno de los principales vinculados en la red de corrupción de Javier Duarte fue detenido en Cabrils, Barcelona. De acuerdo con las investigaciones Nava Soria era el encargado de administrar algunas propiedades que Javier Duarte poseía con la complicidad de algunos prestanombres. Nava Soria ya contaba con una orden de aprehensión por los supuestos delitos de lavado de dinero y operaciones con recursos de procedencia ilícita, los mismos delitos que se le achacana a Javier Duarte. De acuerdo con información publicada por nuestro colaborador Edgar Hernández, Javier Nava Soria era el operador inmobiliario de Javier Duarte, “quien desde el 2011 movió mil 500 millones en transacciones inmobiliarias en Madrid, Woodland en Texas, Miami, Nueva York, destinos diversos en Veracruz e importantes propiedades en la Ciudad de México y Edomex”. Nava Soria fue quien abrió los libros de las cuentas de Duarte, fue uno de los primeros que soltó la sopa. No extrañaría que Duarte, ya sin nada que perder, se haya desquitado de quien lo delató primero. Ya saben lo que dice el dicho: “No es indio el que no se venga”.

Pablo Campuzano abogado de Duarte, el mismo que defendió a Elba Esther

Finalmente se llevó a cabo la primera audiencia en la que se le notificó a Javier Duarte los cargos que se le imputan, así como la solicitud de extradición por parte del gobierno de México. Una vez leídos los cargos, asunto que llevó más de media hora, se le preguntó al imputado si procedía la extradición voluntaria a lo que Javier Duarte dijo que iba a esperar los documentos de extradición para que sus abogados los estudien y de ahí tomaría una decisión. Lo que en realidad está haciendo Duarte es ganar tiempo, pues el trámite de extradición puede tomar hasta sesenta días en lo que evitará ser extraditado a una cárcel de máxima seguridad en México. En la misma audiencia trascendió que, además de los dos abogados guatemaltecos, quien se encargará de la defensa de Duarte será Pablo Campuzano de la Mora, abogado mexicano penalista del despacho Zinser, Esponda y Gómez Mont, un despacho que cobra miles de dólares tan sólo por una consulta, el despacho que libró de la cárcel a Rodrigo Medina. Vale señalar que Pablo Campuzano es el mismo que llevó la defensa de Elba Esther Gordillo. ¡¿Pues no que no tenía dinero Duarte para pagar un abogado!?

Veracidad y verosimilitud en el caso Duarte; ¡vaya que necesita cuenteros el gobierno federal!

Las versiones novelescas sobre la detención de Javier Duarte sólo pretenden dar verosimilitud a una historia que carece de veracidad. Y es que verosimilitud y veracidad son dos cosas diferentes. La verosimilitud puede ser un recurso literario para dar sustento a una historia falsa, a un cuento. Pero la veracidad es la que maneja el verdadero periodismo. Por supuesto el más preocupado en dar verosimilitud a su cuento es el gobierno federal, a quien le urge que el pueblo lo perciba como un dechado de justicia. Pero como su cuento tiene muchos vacíos, muchas incongruencias, ahora se vale de esos cronistas de la falsedad, periodistas bien pagados a quienes les suelta los “detalles” de la aprehensión, la versión oficial de lo que a ojos vistas es una detención pactada. Las incongruencias ya las hemos dado en el portal Libertad bajo Palabra, donde cinco días antes anunciamos que Javier Duarte podría ser detenido en Semana Santa. Luego eso de los hijos y el viaje Toluca-Guatemala; luego eso de que Duarte estuvo desde seis meses atrás en Guatemala, luego eso de que Karime Macías, la que sostenía la pata de la vaca mientras Duarte la destazaba, que no hay cargos contra ella. ¡Vaya que necesita cuenteros el gobierno federal!

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