Los maleantes protegidos por las mismas autoridades lesionaron y lastimaron a cientos de familias veracruzanas. El descubrimiento de las fosas llenas de restos óseos es la punta del iceberg y una muestra de la descomposición social ocasionada por la brutal impunidad entre autoridades y malandros. Hoy se alzan voces a cuello exigiendo resultados inmediatos, sin embargo muchos olvidan que estas muertes fueron el resultado de 12 años de terror y angustia.
Hoy existe voluntad de hacer las cosas bien, no obstante la resistencia de grupos de poder y el reacomodo de grupos delincuenciales, dificultan el trabajo ministerial. Sociedad, autoridades y medios debemos involucrarnos para apoyar los esfuerzos que hagan el Gobernador y la Fiscalía, es por el bien de todos, es por el bien de Veracruz.