No se discute el dolor que padece una persona a quien le arrebatan a un hijo, un padre, un ser querido. No está a discusión el reclamo que estas personas hagan a las autoridades primero por encontrar al ser querido, segundo por llevar a cuentas a los responsables; esas cosas no caducan. Sin embargo, uno se pregunta, ¿hasta cuándo se puede llevar el duelo? ¿Son incapaces de lucrar con su tragedia los dolientes? Ejemplos de personas que han lucrado con el dolor de su tragedia hay muchos.
El caso más reciente, el de la señora Isabel Miranda de Wallace, quien de víctima ha pasado a ser una activista, pero al mismo tiempo una embaucadora que lucra con los apoyos que su fundación recibe. ¿Puede pasar lo mismo con los padres de los 43 de Ayotzinapa? Por supuesto no se puede poner en la misma canasta a todos los padres, algunos de los cuales ya se han resignado, otros siguen dando la lucha y hay quienes se andan dando la gran vida con la excusa de exigir justicia. A estos últimos no es difícil corromper.
¿Qué le exigía a AMLO el padre de uno de los 43? ¿AMLO es responsable por omisión o por acción? ¿Entonces? En Veracruz también hay dolor, y la exigencia de justicia es fuerte, sin embargo. ya se han dado muestras de arrogancia y soberbia por parte de algunos que buscan lucrar con su tragedia.
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