Se espera que en esta ocasión evite el enfrentamiento y desprecio a las instituciones, que deje de lado el egocentrismo y pragmatismo tropical y le ceda el paso a la propuesta; su última aparición en el canal de Televisa con el periodista Carlos Loret de Mola, quien por cierto se caracteriza por su barata ironía e impertinencia, lo retrató como un López Obrador inteligente, mesurado y con un buen sentido del humor. Vaya, como un verdadero estadista.
Eso se espera de los miles de seguidores de AMLO, que tengan una actitud de tolerancia y respondan con respeto a los demás, muchos lo están haciendo. Es cierto que Andrés Manuel López Obrador ha dejado de ser un simple mortal para convertirse en un personaje en el que muchos seguidores han depositado su esperanza; sin embargo —no todos pero algunos— rayan en el fanatismo y culto a la personalidad, estos seguidores han sido etiquetados como pejezombies.
Éstos se caracterizan por una cerrazón de ideas, no toleran la crítica y juzgan con insultos en lugar de hacer propuestas. Por favor, que alguien les diga que Andrés Manuel López Obrador está cambiando de actitud, y lo tiene que hacer si es que quiere llegar a ser el próximo Tlatoani que gobierne a los mexicanos.