Calderón se quería echar una “cubas” en Cuba; tendrá que chupar solo en la cantina de siempre

Felipe Calderón chupando solo en su cantina de siempre FOTO: WEB

¡Que a Calderón no lo dejan entrar a Cuba! Vaya dilema. Después del desastre genocida que dejara en nuestro país, después de ponerle el adjetivo de falso al prometido “cambio”, después de pasar por una presidencia de seis años obtenida al «haiga sido como haiga sido», no sólo no lo deberían dejar entrar a Cuba, ni siquiera lo deberían dejar poner un pie fuera de su casa.

Felipe Calderón cree que se nos han olvidado los seis años de un sexenio fatídico, lleno de corrupción y muerte. Un gobierno en el que se fortalecieron ciertos grupos delictivos, y se combatió con todo a otros. Ahora, después de pactar con Peña Nieto, después de traicionar a su candidata Vázquez Mota y de traicionar a los panistas, se viste de demócrata y anda dando conferencias sobre cómo se debe gobernar un país democrático.

Pero Calderón no fue un tirano porque no hubo pantalones a su medida, todos le quedaron grandes. Quería Calderón ir al homenaje luctuoso de Oswaldo Payá, pero le dijeron que mejor le prendiera una veladora en su casa.

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