Las reformas de Peña Nieto, educativa, fiscal o energética, del optimismo a la desilusión

Enrique Peña Nieto / Foto: vivelohoy.com

Enrique Peña Nieto quiso pasar a la historia como un presidente reformador, sin embargo, la historia le jugó una mala pasada. La Reforma Educativa que anunció en todos los medios de comunicación como la columna vertebral de su gobierno, fue parada en seco por la CNTE, hoy sólo es remedo de lo que pretendía ser. La Reforma Fiscal también ha tenido obstáculos que no ha podido sortear, se recordará que, con la nueva reforma, los refrescos y bebidas azucaradas estarían sujetos al Impuesto Especial a Producción y Servicios de un peso por litro. Además, se impuso un impuesto de cinco por ciento a los alimentos con alta densidad calórica.

La cámara azucarera inmediatamente pegó el brinco, señalando que el impuesto sólo llevaría a los consumidores a buscar otras alternativas poco saludables, además de que golpearía a los más pobres, pues es el estrato de más bajos ingresos donde hay un mayor consumo. Además, cuando Luis Videgaray fungía como secretario de Hacienda, dijo que con los cambios en la reforma hacendaria se dejarían de recaudar 55 mil 700 millones de pesos. Con la iniciativa se tenía contemplado aumentar la recaudación un 1.4 por ciento del PIB, una total mentira, eso no ha sucedido a principios del 2017.

De la Reforma Energética sólo podemos decir que los gasolinazos han levantado grandes protestas a lo largo del país. Las tres reformas de Peña Nieto no han funcionado, sólo han perjudicado el bolsillo de los mexicanos.

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