Repunta la violencia

Violencia
Cinta policiaca
- en Opinión

Filiberto Vargas Rodríguez / En Córdoba, cerca de la colonia San José de Abajo, la noche del sábado varios sujetos armados asesinaron al comerciante Miguel Ángel Bretón García de 39 años, originario de Omealca. Los homicidas dispararon ráfagas con armas de alto poder contra la camioneta que manejaba su víctima. Aún con vida, el comerciante que presentaba múltiples impactos de bala, alcanzó a caminar varios metros hasta desvanecerse en la banqueta.

Este mismo año. Allá por el mes de agosto, un hermano de Miguel Ángel Bretón, Edgar Fernando Bretón García alias “El Coyol” fue ejecutado junto con Sixto García Ortiz, cuando circulaba a bordo de su camioneta.

Este mismo sábado, en Coatzacoalcos, Julio de Jesús Díaz López, de 26 años de edad murió luego de ser atacado a balazos mientras viajaba a bordo de su vehículo.

Cerca de las 4 de la tarde del sábado el joven fue víctima de una emboscada y recibió al menos 5 heridas de bala, mientras su vehículo un Chevrolet Sonic, color rojo tinto, sin placas presentaba al menos 16 disparos.

Y en la comunidad de Baterías, en el municipio de Ixhuatlán del Sureste, un taxista, identificado como Luis Manuel González Santiago, fue encontrado sin vida la mañana de ese mismo sábado. El taxi número 117 que él conducía había sido reportado como desaparecido.

En el puerto de Veracruz, la tarde del mismo sábado, en la avenida 22 de Marzo entre Santos Pérez Abascal y Orizaba, en las inmediaciones de la central camionera, el comerciante Nahum S. H. de 35 años de edad fue perseguido por los ocupantes de un vehículo hasta que le dieron alcance y le dispararon, causándole la muerte. Recibió al menos 10 disparos en diversas partes del cuerpo.

Todos estos sucesos –y muchos otros de los que no se tiene suficiente información- se cometieron en el mismo día, en la entidad veracruzana. En todos estos casos se aprecia la única intención de matar a la víctima, lo que en el argot policiaco se conoce como “ejecuciones”.

Miguel Ángel Yunes Linares, el nuevo gobernador de Veracruz, tiene amplio conocimiento y vasta experiencia en materia de seguridad. Esa fue una de sus más importantes banderas durante la campaña electoral, casi tan relevante como el combate a la flagrante corrupción que se palpaba en la anterior administración estatal.

Apenas llevaba una semana al frente del Poder Ejecutivo en Veracruz, y tuvo que tomar nota del enfrentamiento armado, que duró al menos tres días, en el municipio de Jesús Carranza, a las puertas de la selva del Uxpanapa. Murieron 20 civiles.

Una de las primeras medidas de Yunes Linares al frente del gobierno estatal fue la de solicitar al gobierno federal que siguiera apoyando a Veracruz con la presencia y operación de las fuerzas armadas (Ejército y Marina). A pesar de que le fue ratificado dicho apoyo, el repunte de la violencia en la entidad es innegable, con el desafortunado añadido de que en menos de dos semanas al menos dos periodistas del puerto de Veracruz fueron víctimas de la delincuencia, con todo lo que ello implica.

El repunte de la violencia en Veracruz se da justo cuando el secretario de la Defensa Nacional salió a recordar que han pasado 10 años desde que las autoridades federales decidieron sacarlos de sus cuarteles para realizar labores de policías, como una medida supuestamente temporal, mientras se formaban las nuevas generaciones de agentes policiacos que se harían cargo de enfrentar a la delincuencia organizada.

En diez años nada se logró. La sociedad civil sigue necesitando de soldados y marinos para mantener la violencia en niveles moderados.

El abogado penalista Juan Velázquez asegura que México tiene una de las policías peor preparadas del mundo, la más ineficiente de América Latina y la segunda más corrupta a nivel mundial. Hay 400 municipios sin policías, 800 ayuntamientos con policías que apenas terminaron la primaria y ganan el salario mínimo, y 75% de los cuerpos policiacos de todo el país están infiltrados por la delincuencia.

Sacamos a los militares de los cuarteles porque no tenemos policías, porque son militares, pero cuando actúan como militares y no como policías, los queremos llevar a la cárcel, lo cual es una absoluta perversión”, se lamenta el jurista.

Esa es la realidad de México, pero esa es también la realidad de Veracruz. Esa es una tarea que debe afrontar Miguel Ángel Yunes Linares ya, sin dilación alguna.

Lo prometió en campaña y no lo puede dejar de cumplir.

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