En lo referente a la UPAV, la evidencia está saliendo como la mañana después de la oscura noche. Y es que después de las declaraciones del gobernador Miguel Ángel Yunes y el propio secretario de Educación, los medios locales llenaron sus primeras planas con la palabra fraude. De inmediato brincaron como el jibarito “locos de contentos” los dueños de las escuelas privadas, que la UPAV les ha arrebatado el semillero de jóvenes estudiantes.
Sin embargo, los que se encargaron de desmentir las palabras que fueran sacadas de contexto, fueron los propios estudiantes, que ahora son profesionistas legalmente acreditados por las diferentes instancias educativas.
Inmediatamente aparecieron documentos de tres egresados de la licenciatura en Educación deportiva de la UPAV, sede Cosamaloapan, profesionistas que cuentan con cedula profesional y registro de sus títulos ante la propia Secretaría de Educación Pública y la Dirección General de Profesiones.
Por cierto, recientemente fue llamado, por la Secretaría de Educación el Licenciado Eduardo Emmanuel Lili Martínez, egresado en Educación Física para formar parte de la plantilla laboral, ya que resultó idóneo para ocupar plaza en una escuela primaria federalizada, no solo él, también fue llamado el licenciado Julio César Ramos Alfonso para darse de alta como maestro de Educación Física.
De manera que el legado de Guillermo Zúñiga Martínez, sigue caminando, a pesar de gente que abuso de la noble labor de la UPAV, por cierto se debe investigar a fondo de quienes fueron los que le metieron mano al cajón con los recursos de los certificados de prepa.
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