Todos ellos de alguna manera, en su momento, amagaron con tomar el Congreso para evitar que Yunes Linares fuera gobernador. El decrépito César del Ángel aseguró que, aunque en ello le fuera la vida, impediría que el gobernador electo fuera constitucional.
Pero nunca pareció la fantasmal figura de ese falso líder. No es difícil creer lo que se comentaba en los pasillos del Congreso, que Miguel Ángel se anticipó a todos ellos, que de alguna manera los disuadió, los controló, los puso en su lugar; «tal es el estilo de Miyuli», decían.