El fiscal se va porque dice que no será «factor de división ni encono». En sus últimos momentos Luis Ángel Bravo se sintió estadista, demócrata, un hombre que buscó siempre el bienestar de la sociedad veracruzana. En algo sí tuvo razón Luis Ángel Bravo, quien dijo haber servido en la medida de su capacidad, es decir de su incapacidad.
Al final, luego de dirigirse a uno de sus ayudantes dijo: «Me voy con la satisfacción del deber cumplido». Esto último ni su ayudante se lo creyó. A la pregunta de sí Yunes Linares le pidió la renuncia, Luis Ángel Bravo, quien seguirá siendo fiscal de parapeto hasta el primero de diciembre, huyó por la puerta de salida.