¡Rásquense como puedan!

Rásquense
Javier Duarte, Enrique Peña Nieto, Noemí Guzmán y Américo Zúñiga FOTO: FACEBOOK
- en Opinión

Jorge Manrique / Entramos en la última semana de 12 años de saqueo constante a la entidad veracruzana. Los últimos siete días de un sistema corrupto y de  complicidades para el aprovechamiento privado del dinero público que fue  devastador para Veracruz, y del cual será difícil levantarse. Fidel Herrera Beltrán y su discípulo Javier Duarte, lograron en tan solo una década dejar quebrado al estado y sin que hoy existan responsables en la cárcel. Fidel es parte del gobierno de Enrique Peña Nieto y Javier Duarte protegido del sistema que encabeza el presidente.

Es un exceso de sandez el no pensar que el gobierno que encabeza Don Enrique Peña Nieto, tiene mucho que ver con la quiebra de Veracruz. Los escándalos de corrupción en los gobiernos estatales y federal debieron desde hace tiempo ser atendidos y mandar una clara señal del alto a la corrupción. El que nada pase y no haya consecuencia para los sátrapas que construyeron la ruina, apunta a que reine la impunidad.  Pero la sociedad también debe pensar ya en las decisiones a seguir luego del «rásquense con sus uñas» que le endilgó la Federación al sentenciar que de rescates ni hablar al gobernador electo del PAN-PRD Yunes Linares.

Estamos a una semana de que todo quede impune en la entidad y de que el gobierno federal se lave las manos. La crisis es de tal magnitud que la inconformidad e inquietud ciudadana está a punto de desbordarse y en ocasiones parece estar al borde del estallido social. Hospitales sin medicamentos, instrumental y su personal médico sin salarios, maestros, empleados gubernamentales, policías, custodios sin recibir la nómina quincenal, campesinos en la palidez crónica de la falta de recursos y escasez de apoyos para la producción, en una escalada que incluye a un sinnúmero de empresarios y prestadores de servicios al borde de la quiebra debido al latrocinio del erario cometido por la administración saliente es la amarga cara de un estado que no ve salida a corto plazo.

Hace unos días el “rásquense como puedan”… dio un intento de buena disposición, ya que para ser una buena disposición se requiere de algo más que la instalación de una mesa de diálogo… como si no se conocieran los problemas y las necesidades de urgente atención. ¡Urge dinero! Pero dicha mesa indica que se tratara de negociar algo ininteligible o difuso; Algo obscuro.

El estado no precisa de acompañamientos ni de los buenos oficios federales en la adquisición de más deuda para enfrentar los inútiles pasivos contratados por el gobernador en fuga.

Lo que los veracruzanos necesitan es que el gobierno de la República se haga cargo de las consecuencias de sus propios representantes referenciales y alabados por el presidente Peña Nieto. Uno como ya señalamos parte de su gabinete ampliado y el otro presumido como ejemplo de juventud y pujanza del nuevo PRI.

Explicaciones sobre el cómo se llegó a esta situación hay varias, depende del gusto y de la polaridad ideológica de quien interprete los datos. Todas, sin embargo, comparten un tronco común: la complacencia de Enrique Peña Nieto directamente corresponsable de los impactos que ahora elude pero trata de vender como comprensiva solidaridad.

Veracruz hoy más que nunca necesita un gobernador que no se doble en lo oscurito, un gobernador que luche por las deudas y que no contraiga más. A siete días de que Miguel tome las riendas del poder, deberá estar consiente que México necesita ser cimbrado caso contrario nos seguiremos rascando como se pueda. En tanto los ladrones andan sueltos y felices.

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