Muchos maestros dicen que el noble quehacer de enseñar y mostrar el camino a la parte más sensible de la sociedad mexicana, deja amuchas satisfacciones. Sin embargo, también es cierto que el embate neoliberal y la globalización galopante, junto a las tecnologías informáticas, hacen que este trabajo sea un verdadero reto. Si añadimos la dependencia y entreguismo del Gobierno Federal a organismos internacionales que marcan la ruta a seguir como la OCDE, el Banco Mundial o la UNESCO, mismos que ponen al maestro mexicano como un verdadero conejillo de Indias.
En Veracruz, el problema se agrava si tomamos en consideración que durante casi 40 años el magisterio ha estado supeditado con grilletes ideológicos a los sindicatos, especialmente al SNTE, sindicato que se ha caracterizado por ser una rémora del sistema priista local.
Con la renovación de poderes y alternancia se espera que la educación vuelva a ser una prioridad en el presupuesto de gobierno del estado a partir del 2017. También, existe la idea de que no se le volverá a saquear ni a responsabilizar a los maestros de la baja calidad educativa de Veracruz. Ojalá y así sea para el bien de Veracruz.
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