Flavino tuvo que darse cuenta de las acechanzas de Javier Duarte; claro que sabía que se estaba robando el dinero de los veracruzanos, pero prefirió consecuentarlo con tal de no dar la razón a quien también adoptó como su enemigo, a Miguel Ángel Yunes Linares.
Flavino guardaba en lo recóndito de su egolatría el deseo de ser gobernador por más tiempo en caso de que el Gobierno Federal decidiera no reconocer el triunfo de Yunes Linares en las elecciones. Por eso alguna vez dijo que Yunes Linares no llegaría, no tanto porque lo supiera, sino porque lo deseaba.