A Duarte le preocupaban más sus caballos que los niños enfermos de cáncer

Caballos
El rancho Las Mesas, en Valle de Bravo, propiedad de Javier Duarte contaba con hospital para caballos y alberca para tratamientos de lesión FOTO: WEB
- en Avenida Principal, Carrusel

hospital2La letra de la canción Mi ranchito del compositor Jesús Sauceda bien podría describir la situación del peor ladrón que ha tenido Veracruz como gobernador. Ésta dice: «Allá atrás de la montaña, donde temprano se oculta el sol. Quedó mi ranchito triste y abandonada ya mi labor».

Y es que la compra de un suntuoso rancho en Valle de Bravo, Estado de México, que hizo Javier Duarte con recursos desviados del rubro de educación, la están resintiendo los maestros de Veracruz. Pero no sólo los maestros, también la población que sufre las consecuencias por las tomas de carreteras y avenidas.

Todo esto ocasionado por el incumpliendo de pagos, y es que los ediles, que tiene tomado el Palacio de Gobierno, denunciaron que el rancho Las Mesas fue adquirido con fondos públicos desviados del rubro de educación.

Así que, mientras el ranchito de este sátrapa contaban con hospital para equinos y una alberca especial para sus caballos pura sangre, por si estos sufrían una lesión tuvieran donde recuperarse, en los hospitales de Veracruz no había ni gasas ni curitas para tratar a los enfermos. Al parecer, a Duarte le preocupaban más sus caballos que los niños enfermos de cáncer y la condición lastimosa de las escuelas serranas.

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