El cártel de los duartistas

Javier Duarte de Ochoa FOTO: WEB

Señalética LadronJavier Duarte fue un tipo enfermo que tuvo la oportunidad de gobernar un estado. Ya había sido secretario de Finanzas, desde ahí aprendió a robar para su jefe Fidel Herrera Beltrán, pero apenas tuvo el poder absoluto en sus manos quiso superar al maestro en el arte de la ratería.

No le costó mucho convencer a sus amigos de la juventud, no le costó mucho convencer a su hermano; menos le costó convencer a su suegro, Tony Macías, quien ya había conocido la cárcel por fraude; no le costó trabajo convencer a Karime, su esposa, pues ella también estaba ávida de lujos y dinero (ese anillo de 200 mil dólares no tuvo madre); no le costó mucho convencer a sus colaboradores, muchos de ellos ya eran delincuentes de siete suelas y lo siguen siendo.

A todos estos miembros de la banda duartista se fueron sumando otros que también quisieron aprovechar la bonanza mal habida: la hermana y sobrinas de Karime, la madre de Karime. Poco a poco la banda se fue volviendo un verdadero cártel delincuencial. Pero para saquear el dinero también necesitó de personal especializado, gente muy avezada en los temas fiscales y financieros; esos también están en la mira.

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