El presidente nacional del PRI ya mandó invitaciones a todos los medios porque va a estar en el salón Ónix de Xalapa, ese que dicen es de Gina Domínguez vía prestanombres. Se va a reunir con lo que queda de la clase priista. ¿A qué viene? ¿A felicitar a sus compañeros por las pasadas elecciones del 5 de julio? No, por eso no creemos que venga. ¿Viene a confortar a sus compañeros de partido por la derrota sufrida? Tampoco. ¿Viene entonces a ajustar cuentas a aquellos que le jugaron chueco a Héctor Yunes? No, a eso no viene. ¿Entonces a qué viene?
Enrique Ochoa Reza viene a vendernos el cuento de la limpieza del PRI, viene a hacernos creer que han cambiado y que creen en la justicia, viene a rasgarse las vestiduras y a echarse ceniza en la cabeza, viene a jurar que él es honesto a pesar de su millonaria jubilación en Comisión Federal de Electricidad, a pesar de sus contratos directos.
Pero el “Clavillazo” Ochoa Reza viene además a defenestrar a Yunes Linares, viene a poner su parte en esta campaña que sólo tiene como objetivo crear la falsa percepción de que el primero de diciembre no tendremos gobernador constitucional en Veracruz. Viene también a cubrirle las espaldas a Javier Duarte de Ochoa, al que corrió de su partido, pero que mantiene aislado en el limbo.
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