Jorge Flores Martínez / Después de un paréntesis obligado por las circunstancias, en las próximas semanas abordaré nuestra ciudad, estoy convencido que es importante entender que Xalapa es de todos y para todos, en ésta simple idea se contiene el sentido de pertenencia y responsabilidad, una ciudad más democrática e inclusiva corresponde a una ciudadanía más participativa y consciente de su responsabilidad como ciudadanos.
Ésta pretendida consciencia de la ciudad de todos y para todos nos revela su mayor desafío en el momento de que todos somos responsables de su situación actual, pero sobre todo de la obligación que tenemos como sus habitantes de construir un mejor Xalapa.
Ciudadano es todo aquello que pertenece a la ciudad y ciudadanía es el acto de habitar la ciudad, habitemos la ciudad todos, que nadie este excluido, debemos comprenderla en su más amplia visión posible, tanto en el territorio como en el tiempo y de ésta manera construir la ciudad que queremos, pero antes de iniciar ésta empresa tenemos que analizar sus potencialidades y debilidades, la mayor responsabilidad que tenemos como xalapeños es imaginarla en el tiempo, como sería en veinte años si nos proponemos hacer algo, después de todo cualquier planeación surge de una idea, de una imagen de la ciudad que queremos.
Estas son las razones que me conducen a preguntarle a veinte xalapeños el Xalapa que se imaginan en veinte años. Cuáles son las condiciones actuales y las potencialidades que detectan desde su perspectiva y cuáles son las debilidades que se tienen que afrontar y de ser posible abatir. La intención es poner sobre la mesa de discusión primero la pregunta de la ciudad que queremos y después las alternativas que cada uno exponga. La narrativa discurrirá siempre de la responsabilidad de una ciudad mejor, como un testimonio de nuestro tiempo y de nuestra ciudad.
La intención es transmitir la idea de una ciudad de todos y para todos, no se busca establecer posiciones políticas y mucho menos contemplaciones fatalistas, Xalapa es más que veinte imágenes y su temporalidad no debería reducirse a veinte años, pero el ejercicio inicia con un planteamiento sencillo y abarcable en las ideas y además, como dije, la intención es dejar estos testimonios a manera de inicio de discusiones más profundas y detalladas.
Hace unos treinta años en ésta ciudad se desarrolló un congreso de arquitectura y urbanismo y mi padre como doctor en medicina le pareció interesante realizar una ponencia desde su visión de la ciudad como médico. Recuerdo que lo comentó con un arquitecto vecino de nosotros en aquellos años, la plática fue de banqueta y le expuso a grandes rasgos su visión y propuesta.
Hoy lamento no saber si esa ponencia se realizó, solo sé que para él era importante exponer ante arquitectos y urbanistas el planteamiento de la utilidad de la praxis médica en el urbanismo. Después de treinta años recupero esa inquietud, la importancia que un médico nos exponga su visión científica de diagnóstico y tratamiento, un abogado desde la perspectiva de la Ley, un empresario desde la idea de la viabilidad económica, un maestro, arquitecto, ambientalista o cualquier otro oficio o profesión.
Recupero lo que dije en una columna hace unos meses en relación a éste mismo tema: …nuestra ciudad está enferma, se trata de una enfermedad crónica, de progresión lenta pero constante y el deterioro es generalizado. Presenta problemas de circulación y su capacidad de movilidad es deficiente, el tejido social presenta un cuadro agudo de descomposición y se requiere de estimular su aparato económico. El sistema educativo se encuentra deprimido y ésta depresión ocasiona que la actividad de razonamiento se desarrolle en las vísceras. Oxigenar e iniciar terapia de recuperación que considere todos los órganos y tejidos, sobre todo el corazón y el cerebro.
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