Adiós héroe de las letras y cultura

Avilés
El escritor René Avilés Fabila FOTO: UPAV MEDIA
- en Opinión

Zaira Rosas / Entrañable amigo de mi padre, su nombre siempre resonaba en la casa, hombre de gran admiración y respeto. Sin embargo, fue hasta la Universidad que le conocí. Para una apasionada de las letras como yo tener la oportunidad de estar con un autor como él era un sueño, poder platicar de sus pasiones, sus historias y vivencias personales era inimaginable, pero tenerlo enfrente, ser reconocida por él y poder platicar con sus amigos cercanos y adorada esposa, ha sido de las mejores experiencias en mi vida.

Hace más de 3 años que conocí a René Avilés Fabila, después de esa comida con el creador de El gran solitario de palacio la comunicación se volvió frecuente, poder escucharle en presentaciones, o dialogar con su gran amor, Rosario era la oportunidad de expandir el conocimiento, de viajar por el mundo a través de sus anécdotas, de entender múltiples etapas de la historia e incluso a otros autores, también grandes amigos suyos como La China Mendoza o José Agustín.

René Avilés Fabila es uno de los grandes escritores de México, y sí, lo digo en presente porque ya no quedará el cuerpo del hombre pero quedan sus historias, sus mini ficciones y la huella cultural que dejó en el periodismo, queda su legado en cada uno de los alumnos de la UAM de Xochimilco, en los corazones de quienes le admiramos y en cada una de las historias que con gran humor compartía.

Los grandes proyectos de mi carrera comenzaron con su apoyo, con el interés de promover la literatura a chicos y grandes y hacerles ver que todos podemos encontrar historias que nos conmuevan, emocionen y lleven a buscar nuevos libros, junto con La China Mendoza transmitió su pasión por las letras  e hizo recomendaciones a un proyecto que llegó a muchos jóvenes. Siempre preocupado por la educación viajaba constantemente apoyando toda serie de proyectos que dieran a conocer grandes obras y procuraba hacer críticos a los demás. Preocupado siempre por la cultura protegía todo proyecto que involucrara al arte o los museos, un hombre moderno en su época, siempre a la vanguardia de las nuevas tecnologías, compartía con chicos y grandes todo su conocimiento también en redes sociales.

Y como ser humano simplemente fue un hombre excepcional, con una sonrisa ante todo momento de la vida, preocupado siempre por los amigos, y siempre resaltando el caminar al lado de quien lo acompañó desde la preparatoria, Rosario, la única mujer que podría imaginar al lado de un hombre como él, sumamente inteligente, decidida, amable y a quien envío un fuerte abrazo con todo mi cariño y sinceras condolencias porque nosotros hemos perdido a un personaje ilustre, pero ella al amor de su vida, su cómplice y compañero.

México hoy se tiñe de luto pero tengo la certeza de que sus palabras serán eternas, personajes como Tantadel  y Odette son eternos, han sobrevivido las pruebas más severas como la crítica y el tiempo. La literatura mexicana y la crónica han perdido mucho con su partida, pero más perdemos los que extrañaremos sus comentarios, su lucha constante por llevar cultura a más lugares y defenderla de los abusos y atropellos, pierde México un baluarte de la literatura pero también al defensor incansable del conocimiento.

Y como siempre digo cuando he perdido a un grande, se ha ido el cuerpo pero quedan sus enseñanzas, tengo la fortuna de atesorar muchas y recuerdos acumulados en breve tiempo pero sumamente valiosos, me quedo con su sonrisa siempre amable, con la humildad proporcional a su grandeza literaria en la memoria, para mí el búho nunca dejará de cantar.

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