El que se encuentra en verdaderos problemas es el exgobernador de Sonora, Guillermo Padrés, a quien la PGR ya lo tiene en la mira. Según reportes, la Procuraduría solicitó una orden de aprehensión al juez tras haber recibido más de 300 expedientes de indagatorias en contra de la administración del panistas en Sonora, quien se vio envuelto en escándalos tras su paso por la administración pública, en la que se calcula un gran desfalco de 32 millones de pesos.
Escribe sobre el caso el periodista Carlos Loret de Mola en su columna de El Universal, que «el juez seguía analizando los expedientes, pero se espera que en breve defina otorgar la orden de aprehensión, con lo que la Procuraduría podrá intentar detener a Padrés, a quien los escándalos de corrupción persiguen desde que era mandatario en funciones».
Cabe señalar que, ante las amenazas de aprehensión, Guillermo Padrés había saturado de amparos judiciales el sistema penal en Sonora, algunos de ellos en conjunto con sus tres hermanos; en total el exmandatario estatal promovió 28 amparos, lo que ha provocado un retraso en las investigaciones por los delitos de ejercicio indebido del servicio público, abuso de funciones y delitos contra la administración de la justicia.
Ahora sí, se ve que la PGR está haciendo su trabajo, sin embargo, cabe hacer la comparación con el gobernador de Veracruz, que se encuentra en igualdad de circunstancias con Guillermo Padrés, por lo que no se encontraría fuera de lugar hacerse la pregunta: ¿y Javier Duarte para cuándo?, si no proceden, quedaría claro el supuesto encubrimiento por parte del Gobierno Federal, y los veracruzanos seguiremos viendo esa risa cínica de Duarte, sonrisa como la de un ladrón paseándose frente a las víctimas de un robo, y eso sí encabrona.
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