Pasa todos los días, ¿a quién le extraña? ¿A quién no le ha pasado? Otros dirán que no, que regularmente los ladrones son más listos, te roban, te madrean si pones resistencia, te dejan botado en el lugar y se van con el botín procurando no dejar rastro.
Al parecer a la fiscalía no le importó medio criminalizar a los sacerdotes de Poza Rica, a pesar de que estos no eran periodistas. La fiscalía lo dejó todo muy claro, los sacerdotes eran borrachos y se ponían a tomar con los malandros. Todo ello para que en la gente permee la idea: «para que se les quite»; «con razón», «ganado se lo tuvieron». Es más fácil explicar que unos ladrones se pasaron de copas y quisieron robar a sus compañeros de juerga, a tener que explicar que en algún momento el crimen organizado, que tiene fincado su territorio en la zona de Poza Rica y Papantla, está pasando de asesinar civiles a asesinar curas.