Cuando se tiene tanta moral, por lo regular se tiene doble. Nietzche

Moral
Xalapa, Ver. Megamarcha por la vida, convocada por la Iglesia Católica FOTO: PATTY BARRADAS/FOTOVER
- en Opinión

Jorge Flores Martínez / La sola palabra tolerancia en su mismo significado encierra la aberración de la discriminación, no es tolerar al diferente y mucho menos asumir que somos una sociedad tolerante, ya que esa misma posición ha permitido y ha sido ocasión de los más grandes crímenes de la historia de la humanidad. Cuando una sociedad permanece tolerante es el momento en el que las mayorías encuentran las circunstancias para atentar contra los menos, contra los diferentes, por lo que no se trata de ser tolerante, siempre se tratará de respetar al otro, al diferente y en esa diferencia comprendernos en el respeto como iguales con los mismos Derechos.

Cuando se habla del Derecho de los homosexuales a contraer matrimonio o adoptar, siempre vienen a mi mente las imágenes de La Jaula de las Locas, es inevitable que me sonría y no es por que me parezca gracioso el tema, por el contrario me parece un tema de la mayor relevancia, la sonrisa es lo que me queda para contrarrestar la pena que me da que en nuestro país salgan miles a marchar por defender su derecho a discriminar al diferente y que sea ésta mayoría de personas “normales” y “morales” las que pretendan cancelar el derecho de los otros, de los “diferentes”. Solo puedo recuperar en momentos como este al gran Nietzche y agregar que cuando se tiene tanta moral, por lo regular se tiene doble.

No pretendo abusar del argumento trillado de los sacerdotes pederastas o personajes con sexualidades reprimidas como Maciel Marcial o de nuestro Lobo Solitario en Xalapa, que en más de una ocasión fueron los mismos hoy marchantes los que no dudaron en un solo momento defender y negociar su libertad, por lo que de ninguna manera me parece que una serie de omisiones morales y éticas como éstas impidan a la iglesia participar en lo que a ellos les parezca justo y moral, pero creo que existen otras causas más nobles y socialmente justas que no vulneran el derecho de las minorías, por ejemplo está el Padre Solalinde, siempre solidario y en una lucha desesperadamente solitaria para defender los Derechos Humanos de los migrantes, está también la insufrible labor de las madres y padres de los desaparecidos en una búsqueda aterradora de sus hijos e hijas en fosas clandestinas por todo el estado y así decenas o cientos de ejemplos mas.

Como dice mi amigo Arturo Hernández Abascal, los Derechos Humanos no están sujetos a las decisiones de las mayorías, son contramayoritarios y se constituyen en una barrera infranqueable para las mayorías sociales y parlamentarias, por eso su protección es constitucional, así que aunque los “morales” marchen y se proclamen como los defensores de la familia y pretendan que sean sus prejuicios los que determinen al resto, se trata de un Derecho resuelto por la Suprema Corte de Justicia de la Nación, en la que determinó que las parejas homosexuales se encuentran en una situación equivalente a las parejas heterosexuales y que no han gozado de la misma protección por el legado de severos prejuicios que han existido tradicionalmente en su contra y por la discriminación histórica de la que han sido objeto, además que la exclusión de las parejas del mismo sexo al matrimonio perpetúa la noción que son menos merecedoras de reconocimiento que las heterosexuales, ofendiendo con ello su dignidad como personas y su integridad.

Lo anterior sin considerar que la idea de familia ha evolucionado junto con nuestra sociedad, ya no se trata de un concepto labrado en piedra, existen y seguro también marcharon: padres y madres divorciados con sus respectivos hijos, madres solteras con hijos o hijos de diferente padres, padres solteros, familias “tradicionales” completamente disfuncionales, padres abusadores o madres crueles, padres o madres con sus amantes a unos pasos atrás, madres y padres homosexuales reprimidos, así como algunos miembros del clero siempre dispuestos a lanzar la primera piedra.

Por mi que marchen, se respeta su Derecho a marchar por lo que quieran, lo que me parece inaceptable son las causas que abrazan, no deben confundirse ni por un momento, no marchan por un Derecho vulnerado, marchan para vulnerar un Derecho.

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