Es por ello que las preguntas que le hicieron se sintieron muy a modo y nadie cuestionó nunca sus respuestas, incluyendo esa falacia en la que dice que no hubo plagio en su tesis, sino sólo errores metodológicos. No levanta Peña Nieto. Su derrotero sigue cuesta abajo y no se le ve fondo.
Pero el problema no es si el presidente es popular o no, si se le acepta o no, el problema es que esa impopularidad y esa aceptación se deben a una administración que no ha logrado cumplir con las promesas que hiciera de levantar la economía familiar con todas esas reformas que se han vuelto un dolor de cabeza, tanto para él como para nosotros.