En stand by, en espera, así están las cosas entre el Gobierno Federal y la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE). No hay diálogo, las sillas están vacías, los micrófonos están apagados, no hay maestros disidentes que hagan propuestas y tampoco hay funcionarios que escuchen. El punto muerto entre la CNTE y el gobierno mexicano ya está afectando otro ciclo escolar. Como es sabido, el pasado 23 de agosto millones de estudiantes regresaron a la escuela en México.
Los maestros de la CNTE, en Oaxaca y Chiapas, rechazaron dar clases. El secretario de educación pública, Aurelio Nuño, respondió amenazando con poner fin al diálogo con la CNTE y retener pagos de los maestros en paro. Ya se había anticipado que el Gobierno Federal puso las mesas de diálogo tan sólo para aplacar las manifestaciones y protestas por el caso de Nochixtlán.
No hay la mínima intención de abrogar la Reforma Educativa, ya lo dijo el secretario de Gobernación, el de la Secretaría de Educación y el mismo presidente. De manera que el conflicto Segob-CNTE no tiene para cuándo, más ahora que la pelota se encuentra del lado de Aurelio Nuño Mayer. Esto va para largo, mientras, los niños que aguanten, total qué tanto es tantito.
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