El escritor y periodista Armando Ortiz en su artículo titulado “Nicolás Alvarado, el de la refinada estulticia, critica a Juanga”, ya adelantaba que el entonces director de TVUNAM había faltado a los principios que rigen el espíritu de la Universidad Nacional Autónoma de México, donde se señala que esta universidad es «es un espacio de libertades. En ella se practica cotidianamente el respeto, la tolerancia y el diálogo. La pluralidad de ideas y de pensamiento es apreciada como signo de su riqueza y nunca como factor de debilidad».
La visceral crítica que el entonces director de TVUNAM lanzara en contra de Juan Gabriel, una persona que por cierto ya no se podía defender, transgredía esos principios de respeto, tolerancia y pluralidad. El rector Enrique Graue, al aceptar la “renuncia” de este sujeto refrendó el compromiso de la UNAM «con valores como la tolerancia, y el respeto a la pluralidad y a la diversidad».
Pero no todo acaba ahí para el estulto intelectual, se tendrá que disculpar con los grupos a los que ofendió, además de tomar un curso de sensibilización para que se le quite lo pen… perdón, lo clasista.
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