A Ochoa Reza le tocó limpiar el chiquero de los gobernadores corruptos

El barrendero del PRI, Enrique Ochoa Reza

basuraEl presidente del PRI, Enrique Ochoa Reza, dijo ayer a los diputados federales del tricolor que, para que la gente les vuelva a creer, el PRI tiene que limpiar la casa. Palabras más palabras menos, todavía añadió: ¡Ya basta! No podemos tapar el sol con un dedo. Esas palabras, tenga la seguridad, retumbaron con fuerza en Casa Veracruz. Después de oír las quejas de los diputados federales, les espetó: «Veo mucha inconformidad entre ustedes».

Y es que en estos momentos en que está a revisión en la comisión de justicia partidaria una solicitud para expulsar a los gobernadores de Chihuahua, Veracruz y Quintana Roo, César Duarte, Javier Duarte de Ochoa y Roberto Borge, el líder priista sostuvo que «si el partido demuestra con acciones el combate a la corrupción en su interior, ello permitirá al gobierno de Enrique Peña Nieto tener la oportunidad de darle la vuelta al tema».

Santo ramalazo se avecina para el gobernador en desgracia, además ya encarrilado el nuevo barrendero tricolor enfatizó que, cuando no se garantiza a los ciudadanos la rendición de cuentas de los gobiernos priistas, «la reputación que queda manchada es la de cada uno de nosotros, de cada uno de ustedes y la de la ‘marca’ del partido y ello nos afecta de manera terrible».

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