Y es que en estos momentos en que está a revisión en la comisión de justicia partidaria una solicitud para expulsar a los gobernadores de Chihuahua, Veracruz y Quintana Roo, César Duarte, Javier Duarte de Ochoa y Roberto Borge, el líder priista sostuvo que «si el partido demuestra con acciones el combate a la corrupción en su interior, ello permitirá al gobierno de Enrique Peña Nieto tener la oportunidad de darle la vuelta al tema».
Santo ramalazo se avecina para el gobernador en desgracia, además ya encarrilado el nuevo barrendero tricolor enfatizó que, cuando no se garantiza a los ciudadanos la rendición de cuentas de los gobiernos priistas, «la reputación que queda manchada es la de cada uno de nosotros, de cada uno de ustedes y la de la ‘marca’ del partido y ello nos afecta de manera terrible».