Maryjose Gamboa / Rostros desencajados, confusión, nerviosismo, incertidumbre y desesperación… Javier Duarte buscaba una señal, tal vez una mirada, una palmada, o una sonrisa, algo que sirviera para hacerle creer a la gente por lo menos algunos días, que aun cuenta con el respaldo del Presidente de la República, pero nada. Al contrario. La visita de Enrique Peña Nieto a Veracruz quedó marcada por la indiferencia, por la distancia, y por innumerables desaires a Javier Duarte y a todos sus funcionarios, al punto que a la mayoría no les permitieron entrar al evento. Lo acepte o no, lo entienda o no, lo quiera o no, la orgía de la prosperidad terminó.
Imposible desvincular las dos noticias que antecedieron la llegada del Presidente a la Heroica Escuela Naval Militar en Antón Lizardo el día de ayer. El diario Reforma publica en su primera página que la popularidad de Enrique Peña Nieto se desploma como nunca antes… 8 de cada 10 mexicanos desaprueban el trabajo del Presidente. La segunda nota da origen de la primera, 14 estados del país fueron denunciados penalmente por la Auditoría Superior de la Federación por posibles actos de corrupción… Más de 8 MIL MILLONES DE PESOS en juego, estos 14 estados sólo simularon devolverlos, el 60% del MONTO TOTAL corresponde a Veracruz.
La piedra en el zapato que representa Javier Duarte para la federación y para el PRI, ayer molestaba más que nunca y se lo demostraron… El informante nos confirma que a más de 20 camionetas con tarjetones VIP, NO LES PERMITIERON INGRESAR al evento. Las invitaciones señalaban que a las 2 de la tarde estaría iniciando, pero 16 horas antes avisaban al gobierno estatal que sería a las 12 del día, dos horas antes de lo previsto, pero que sin importar los retrasos derivados del cambio de horario, el Estado Mayor Presidencial no permitiría que NADIE ingresara después de la hora confirmada.
Y empezaron las sorpresas para los Duartistas… Una cuadra antes de la Heroica Escuela Naval Militar un grupo de trabajadores de SAS encabezados por Angélica Navarrete, aguardaban al Presidente cartulinas en mano. “El agua no puede privatizarse, no pueden arrebatarnos a 1,300 empleados nuestros derechos laborales Javier Duarte y Ramón Poo, Presidente ayúdenos”, gritaban los inconformes ante la desesperación de los encargados del área de política regional que NADA PUDIERON HACER. Fue el equipo del Presidente el que tuvo que entrar al quite. Les dieron una tarjeta para que se comunicaran con determinada persona que se comprometía a hacer llegar a Enrique Peña Nieto su denuncia.
Acto seguido, el Estado Mayor Presidencial y el equipo de avanzada del Presidente, decidieron que a las doce del día con cinco minutos se cerraban los accesos al evento. Un minuto después intentaba ingresar Jorge Carvallo, pero se lo impidieron. Se bajó de su camioneta e insistió, ofrecía dejar a sus acompañantes afuera, entrar a pie y solo, pero la respuesta fue la misma que dieron 30 veces más durante la siguiente hora y media; “NO ES NO SIN EXCEPCIONES”. Visiblemente molesto se retiró.
Veinte minutos más tarde, es decir a las 12:26 pm, el Senador del PRI Héctor Yunes intentaba ingresar. En el primer filtro lo detuvieron durante 15 minutos… “NO PUEDE PASAR ENTIENDA POR FAVOR”… Pero no entendió, montó en cólera y a gritos decía que era un “Senador de la República”. “NO ES NO SIN EXCEPCIONES” le respondían. Llamó por teléfono, gritó, explicó y volvió a gritar… Consiguió pasar al segundo filtro ubicado ya en la entrada, pero la respuesta fue la misma “NO ES NO SIN EXCEPCIONES”. Ahí permaneció el “Senador de la República” diez minutos más dando cátedra de prepotencia, hasta que la funcionaria que llegó atrás de él, Elizabeth Morales, comentó que lo mejor sería retirarse y así lo hicieron pero sólo unos minutos, porque un cuarto de hora después regresaban alegando que “ya estaba todo arreglado, porque ellos no sabían con quienes estaban tratando”. Al final les permitieron el paso 54 minutos después de su llegada, ellos no disimulaban su “orgullo”, los oficiales trataban de disimular su risa… “El evento ya acabó, hubiese pasado cualquiera” decían.
“Hay pedo”…
Pero no valió la pena ni la insistencia ni la resistencia ante el sofocante calor, adentro de la Heroica Escuela Naval Militar las risas, la celebración, los abrazos, estaban reservados para los recién graduados Cadetes… Nada les tocó a los priistas veracruzanos, menos a los que encima se dicen Duartistas. Fueron tratados por el Presidente y por su comitiva como lo que son, los apestados del PRI, los más corruptos del país, los más miserables del mundo.
“Hay pedo… viste cómo lo ignoró al gordo el Presidente”, comentaba uno de la “alta alcurnia Duartista” mientras el resto de los presentes compungidos coincidían, incapaces todos de disimular la preocupación que lleva implícita la soez frase.
Y tienen razón. La nota de las denuncias penales interpuestas por la Auditoría Superior de la Federación en contra del gobierno de Javier Duarte por simular devolver 4 MIL 770 MILLONES DE PESOS, así como la exigencia de transparentar 35 MIL MILLONES DE PESOS más, bien pudo detenerse uno o dos días, pero eso hubiese provocado que el sinvergüenza “gobernante” aprovechara la ocasión para difundir los embustes de siempre, embustes que no están dispuestos a permitirle más por el elevado costo político que representan… Una sola foto cerca del Gobernador más corrupto del país permearía de manera negativa en esos 2 de cada 10 mexicanos que aún le otorgan un voto de confianza al Presidente.
El mismo Javier Duarte que hace un año presumía ser “el ÚNICO amigo veracruzano del Presidente”, que hace dos días vociferaba en medios nacionales “contar con TODO SU RESPALDO”, y que hace uno se burlaba diciendo “No estaré tras las rejas”, ayer se tuvo que tragar sus palabras… A través de su cuenta de twitter y cuidando que no se viera la foto en la que lo que sientan muy lejos de Peña Nieto, solo le alcanzó la soberbia para escribir “Hoy tuve el honor de acompañar al Pdte @EPN en la ceremonia de graduación de la Heroica Escuela Naval”, junto con el mensaje se incluyen cuatro imágenes en donde sólo se le puede ver atrás, a un lado, y muy, muy lejos de Peña Nieto.
“Hay pedo”… La orgía Duartista llegó a su fin.
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