In memoriam, para mi querido amigo Jorge

Jorge
Funeral del maestro Jorge Humberto Ostos
- en Opinión

Luis Ortiz Ramírez / Todavía me encuentro asombrado  por una noticia que la verdad no esperaba, no esperaba y sobre todo, jamás hubiera querido que sucediera. La muerte de un amigo muy cercano, de carácter ligero, sociable, sin conflictos, y siempre con una sonrisa y un fuerte abrazo que regalar.

Esto que pasó, es una de muchas cosas de la vida que yo nomás no logro entender por qué suceden. Intento escribir sobre esto, y más tardo en hacerlo que borro lo escrito, me levanto de la silla, me siento, voy y vengo y de verdad sigo sin entender, porque gente tan valiosa, que son seres especiales se tienen que marchar abruptamente.

Mi mesa, que no la comparto con cualquiera, ese día tan cruel,  tenía un lugar reservado para él. Mi esposa se esmeró para agasajarlo. Nunca Llego.

Siento tantas cosas que no las puedo identificar, entre confusión, tristeza, coraje, compasión por las personas que estaban cerca de él y que lo querían y amaban sin reparos y prejuicios, todos los que fuimos sus amigos y compañeros de vida, hoy tenemos un vacío en nuestro corazón. Él no se merecía ese fin.

Tenía una gran sabiduría de la vida y de su trabajo, lo bonito es que la compartía con los demás. Su muerte me ha hecho reflexionar muchas cosas. Ciertamente voy por la vida haciendo lo que tengo que hacer, a veces como una máquina en automático, sin detenerme a ver si lo estoy disfrutando o no.

Estoy tan ensimismado, que pasan los días y no sé si tomo en cuenta a las demás personas, o si realmente le doy su tiempo y espacio a quien se lo tengo que dar, incluso a mí mismo.

Lo que me pone a pensar, es que la vida se va, y de un momento a otro te lleva sin preguntar si quieres ir o no.

Podrían existir millones de teorías que explicaran la muerte, pero lo cierto es que sólo las pueden constatar los que ya se murieron, sin embargo, creo que tanta teoría funciona para los que nos quedamos, creo que sirven para buscar un alivio ante la pérdida. Lo cierto es que yo creo que los muertos, muertos están.

Me consuelan las palabras del rey David escritas en el salmo 23; “Aunque camine por el valle de las sombra profunda nada temo, porque tú estás conmigo.” Muchos creen que estas palabras son para el que se va, pero son para los que nos quedamos.

Creo que para mí es fundamental cambiar algunas cosas para aprovechar la vida que tengo hoy. La principal sería ceder más de mi tiempo a mi Dios, compartir las cosas que verdaderamente son importantes, es decir, dejar de encerrarme tanto en mí zona de confort.

Salir a descubrir cosas nuevas que pueden gustarme o no, pero al menos no me quedaría con la incógnita o con las ganas. Darme la oportunidad de vivir, de ser, y no tanto de hacer.

Aprovechar todos los momentos que la vida regala para expresar lo que uno siente por el otro y por uno mismo.

Pasar tiempo de calidad con la familia, con los amigos, tratar de no acumular rencores (muchas veces irrazonables) pedir perdón cuando lo tengamos que hacer y principalmente agradecer lo que tenemos el día de hoy y no vivir en la venganza y el odio, que sólo obstaculizan nuestra felicidad.

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