Habla del poder de las redes sociales, de la tecnología y de la pérdida de la privacidad, y de la vulnerabilidad en la que nos encontramos ande estos medios que pueden poner en riesgo la integridad moral y física de las personas. Ante esto, reconoce que «sí, me fui de fiesta. Sí, bebí para celebrar. Y sí, dejé que me retrataran de manera ridícula en el proceso. Pero afortunadamente no hice nada que me pusiera a mí o alguien más en peligro, simplemente me comporté como una persona que estaba muy contenta y efusiva celebrando con sus amigos».
Al final, acepta que ante todo esto obtuvo un aprendizaje valioso y aconseja a sus seguidores a actuar con responsabilidad cuando salgan a divertirse, a no manejar, a no fomentar la violencia y a no ventilar su intimidad en las redes sociales, porque en estos tiempos todos somos figuras públicas y «lo que pasa en Las Vegas hoy se queda en Google para siempre».
Buena la respuesta del Potrillo Fernández, que nos deja interesantes reflexiones que hay que considerar, además de una andanada de memes épicos que quedarán en los anales de la reciente historia de las redes sociales.