Jorge Flores Martínez / Una vez analizada la lista de bienes inmuebles de la prosperidad, debemos estar atentos a los movimientos políticos de nuestro gobernador, me parece que una opción es esperar que la siguiente iniciativa enviada al congreso sea declarar a Woodland como el municipio 213 de Veracruz, el mismísimo Javier como su presidente y el cabildo integrado por la prosperidad en pleno; otra opción descabellada, pero que obedece en todo sentido al mismo desquiciamiento de nuestro gobernador, es que en un afán esquizofrénico de pasar a la historia este invadiendo Texas de poco a poco y en unos años anunciar la independencia del territorio ganado y anexarlo a Veracruz. La otra, puede ser que simplemente sea una operación de lavado de dinero, tan común y corriente para los fieles-prosperos y tan ajena para el resto de nosotros los simples mortales, que solo conocemos del lavado de dinero cuando en un descuido nuestro pantalón va a la lavadora con un billete de cincuenta pesos.
Lo siguiente es tener claro que la suma de los inmuebles enlistados es de casi mil millones de dólares de valor catastral y que éste probablemente sea ligeramente menor al valor comercial o real, pero para fines de este ejercicio se considera los mil millones de dólares, que a su vez se tienen que convertir a pesos a un tipo de cambio de casi 20 pesos por dólar, es decir estamos hablando de 20 mil millones de pesos en propiedades inmobiliarias en el área metropolitana de Houston, aclaro que solo es Houston y que seguramente existirán otros paraísos de la prosperidad que no los consideraremos en este ejercicio.
Otro punto que debemos considerar es que para estar en posibilidad de destinar 20 mil millones de pesos en bienes inmuebles en el extranjero, es porque se tiene otra parte en inversiones financieras de otro tipo y el resto en inversiones de mayor liquidez o de preferencia en efectivo. Para ser conservadores vamos a suponer en este ejercicio que solo una quinta parte sea destinada para la compra de bienes inmuebles en el extranjero, otra quinta parte para inversiones diversas y el resto a inversiones de liquidez, es decir que el importe total del “patrimonio” de nuestra prosperidad debe sumar un conservador de 100 mil millones de pesos. Un año completo y total del presupuesto de Veracruz.
El problema surgió cuando estas inversiones se hicieron del dominio público y se encontraron en el dilema de aceptar entre escoger un delito u otro. Lo más sencillo era señalar al en ese entonces secretario de seguridad de desvío de recursos públicos y Duarte “ofendido y lastimado” reconocer su error y mediante un boletín de prensa aclarar que el Gobierno del Estado no tolerará ningún acto de corrupción, venga de quien venga. El gobernador escribe un tweet y se muestra traicionado por quien considero su amigo y más cercano colaborador, aceptan el delito de desvío de recursos y a otra cosa que esto se acaba. Pero no, prefieren decir que estas inversiones son producto de su esfuerzo y de años de trabajo, aclaración no creíble en lo absoluto y de ésta manera abren la puerta a la pregunta obligada ¿Si no es de recursos públicos, de donde provienen entonces estas cantidades enormes de dinero? Es en este momento cuando la acusación evidente es preferible a lo inconfesable.
El dilema era simple, se trataba de escoger el mal menor y que este no llegará al jefe y por una sublime torpeza escogen el mal mayor y que llegue al jefe, la historia de todo el duartismo.
El mayor problema en el duartismo es que no existió una política de control de daños, estos se debieron atajar siempre antes de llegar al gobernador, sin importar quien caiga o el costo político que representara. En el caso de este gobierno, todos y cada uno de los fuegos que se han presentado han caído en el gobernador y este no ha tenido la capacidad verborreica de deslindarse que tenía y tiene Fidel.
Claro que después de todo, la impunidad solo funciona plenamente en la complicidad y la complicidad deja de ser cuando se traiciona.
Nota.- Patrimonio.- Eufemismo dado por la fidelidad-prospera para definir botín
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