Lo hemos repetido hasta el cansancio: el Gobierno Federal sólo está administrando el conflicto con la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE); sólo ha dilatado la solución, le está aplicando a “cansadora”. Por esa razón, esta agrupación magisterial disidente anunció que entrará en una fase de alerta máxima y que, de no obtener respuesta a su demanda de abrogar la Reforma Educativa, cancelará el inicio del ciclo escolar en las escuelas que se mantienen en paro nacional, además tomarán la frontera con Guatemala, las vías férreas en Michoacán e instalaciones de Petróleos Mexicanos (Pemex) en Oaxaca.
El mismo secretario de organización de la sección 7 de Chiapas, Pedro Gómez Bamaca, señaló lo siguiente: «No podemos iniciar este ciclo escolar hasta que se abrogue la Reforma Educativa. Estamos dispuestos de manera simultánea a estar haciendo acciones de presión a mayor nivel. En el caso de Chiapas, tomar las fronteras internacionales; en Oaxaca, tomar las estaciones de Pemex; en Michoacán, tomar las vías férreas».
Y es que mientras miles de maestros disfrutaron de un breve receso escolar, los maestros de la CNTE continuaron con sus movilizaciones. El panorama no pinta bien; por un lado está un secretario de Gobernación desgastado por el conflicto, que va perdiendo credibilidad cada día que pasa, y por el otro lado los maestros comienzan a tomar medidas más radicales. Ojalá y no se repitan los actos violentos y de sangre como los de Nochixtlán, Oaxaca.
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