Pero sumando a los absurdos de Duarte, cuando le preguntaron sí sabía de las casas que su secretario de Seguridad Pública había comprado en Estados Unidos, el señor muy orondo contestó que no tenía conocimiento de ello; es decir, está al tanto de las riquezas de Yunes Linares, que según él el lunes sumaban 50 millones, pero desconocía los 300 millones de pesos que su empleado, que su amigo, que su compinche tenía en una sola zona residencial.
Eso sí es estar bien informado. Lo cierto es que Javier, ya se lo recomendó Yunes Linares, necesita un médico, y no precisamente un bariatra o un nutriólogo, sino uno que se especialice en enfermedades mentales.