Hay una gran diferencia entre pedir perdón y sentirse arrepentido. La solicitud de perdón surge de una persona que ha reflexionado sobre sus actos y se ha dado cuenta del daño que ha hecho a otros, y por ello está dispuesto a corregir las secuelas de sus acciones. El arrepentido se da cuenta del daño que el mismo se ha causado, y el dolor que se ha infringido le obliga a pedir perdón.
Al parecer, el perdón de Enrique Peña Nieto es de arrepentimiento y no un perdón sincero que busque enmendar el daño que causó a la institución que representa. Lo decimos porque la periodista Carmen Aristegui ha denunciado en un video que ya circula en las redes sociales, que en las últimas semanas se han acumulado en contra de ellas y los editores del libro La Casa Blanca de Enrique Peña Nieto «varias demandas judiciales que llegan a niveles insospechados».
Y es que se pretende mutilar ese libro, cercenando el prólogo escrito por ella. La valiente periodista se hace la misma pregunta que nosotros: «¿Pide (Peña Nieto) perdón por la Casa Blanca pero se sigue persiguiendo a los periodistas que la investigaron?».
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