Las fintas de Duarte

Duarte
Javier Duarte de Ochoa FOTO: PEDRO MERA

Filiberto Vargas Rodríguez / En la pasada administración estatal se les conocía como «fideliñas» y se festinaban por ser parte de la «picardía» de su autor, Fidel Herrera.

A partir de una película reciente del cine mexicano, se les bautizó como «caja china».

Para explicarlas mejor valdría decir que se trata de la evolución de una práctica muy añeja. Cuentan que desde los tiempos de Don Fernando, allá por los 80 del siglo pasado, Jorge Uscanga Escobar -a quien en el ámbito político local conocen como «La Chiquita»- solía generar conflictos artificiales para después presumir de sus «grandes dotes» para resolverlos.

Es, en estricto rigor, una finta, un engaño. Se plantean varios problemas de forma simultánea para ceder al final en algunos y «colar» otros.

Un ejemplo de estas argucias:

En la administración pasada Fidel Herrera filtró la versión de que donaría los terrenos aledaños a la Escuela Normal Veracruzana, lo que generó una ola de protestas. Pocos días después, frente a la comunidad normalista, el propio Gobernador se proclamó como «el principal defensor de la Escuela Normal» y les anunció que nadie les arrebataría su patrimonio, por lo que fue ovacionado.

A eso ha estado jugando Javier Duarte. Cual filigrana boxística, entra, golpea y sale. Amaga con ir con la derecha y lanza la izquierda. Quién sabe si le alcance para concretar los movimientos que realmente le interesan, pero por lo pronto ha tenido entretenidos a todos los grupos políticos de la entidad.

Propuso regalar la Casa Veracruz y ante la protesta generalizada de legisladores y hasta de los vecinos de la colonia 2 de Abril, ordenó que el tema fuera retirado del orden del día, en la sesión de este jueves.

Planteó regalar diez inmuebles al IPE, y cuando percibió un abrumador rechazo, optó una vez más por retirar la propuesta. Incluso los miembros de la Comisión de Hacienda del Estado fueron felicitados por «su valiente decisión».

Quiso imponer a Francisco Portilla Bonilla como Fiscal Anticorrupción, pero ante las complicaciones que tenía su bancada para juntar los dos tercios de los votos, la semana pasada el procedimiento fue retirado. Pocos días después el propio Francisco Portilla anunció que retiraba su aspiración a tal cargo, y apareció como candidato a magistrado del Poder Judicial, para integrar la Sala Anticorrupción.

Este jueves estaba incluido en la agenda que se votaran las propuestas de magistrados, pero ante la evidencia de que una vez más fallarían en su intento de conseguir las dos terceras partes de los votos, los propios priistas reventaron la sesión, al abandonar el recinto y obligar a declarar la falta de quorum.

Y falta discutir la creación de los fideicomisos que se encargarán de administrar el producto del impuesto a la nómina y utilizarlo para el pago del pasivo circulante. Y el tema de la basificación del personal de confianza del gobierno estatal, y el nombramiento de un consejero para el Instituto Veracruzano de Acceso a la Información, y la selección de un nuevo (o el mismo) Contralor General del Estado, que ahora deberá ser ratificado por la Legislatura local, mediante mayoría calificada.

No hay que perder de vista que los temas que han sido sacados de la agenda legislativa, no fueron cancelados, sino pospuestos, por lo que en las próximas sesiones con seguridad volverán a ser subidos, una vez que se haya operado la necesario para conseguir los votos que se requieren.

Mientras eso sucede en el Congreso local, en la capital del país la Sala Superior del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, el Trife, determinó que se debe realizar el recuento de votos de la elección de Gobernador en 22 distritos electorales, con lo que se dio la razón al recurso de inconformidad interpuesto por el PRI. El PAN había objetado la resolución aprobatoria del tribunal estatal, por lo que el caso tuvo que ser atendido en la Sala Superior del Trife.

Y aunque la alianza PAN-PRD recibió un «palo» con esta determinación, al Gobernador Javier Duarte le tocó otro, pues allá mismo, en el Trife, se revocó la sentencia del Tribunal Electoral de Veracruz y se determinó que el mandatario veracruzano «incurrió en violaciones a la normativa electoral al asistir a eventos partidistas en días hábiles durante el proceso electoral local a favor del PRI y de su candidato a la gubernatura del estado, en contravención al principio de imparcialidad o neutralidad que deben observar los servidores públicos«.

Está visto que la guerra va para largo.

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