Corrupción e inseguridad, el legado de Javier Duarte

Duarte
Javier Duarte de Ochoa y Luis Ángel Bravo Contreras
- en Carrusel, Investigación, Opinión

Armando Ortiz / El gobierno de Javier Duarte colapsó. No hay gobierno. Veracruz es ya un estado fallido y su gobernador es un mandatario que falló. Duarte no cumplió a los veracruzanos las grandes promesas de que hiciera durante su campaña ni durante su toma de posesión. Javier Duarte, después de unos cuantos meses como gobernador se dio cuenta que gobernar un estado era un fastidio.

Quizá al principio tuvo buenas intenciones, la presión del que le heredó en el puesto lo estresó demasiado por lo que después de un rato hizo a un lado su propia voluntad por gobernar y dejó que el tiempo transcurriera mientras los secuaces de Fidel Herrera, que después fueron sus secuaces, hicieran y deshicieran en el estado.

Fue así que al principio de su gobierno se dieron los contratos con las empresas fantasmas. Contratos en 2012 y 2013 que en realidad son sólo unos cuantos, encontrados por un grupo de periodistas que detectaron una gran cantidad de irregularidades que ponen en evidencia la colusión de muchas autoridades: Funcionarios de dependencias y sus administradores que realizaron esos contratos; notarios públicos que dieron fe de empresas que no existían; por supuesto la Secretaría de Finanzas de Tomás Ruiz está implicada, lo mismo que la de Antonio Gómez Pelegrín que trata de encubrir con sus marrullerías técnicas el fraude.

Por supuesto éste no es el único caso de corrupción que le conocemos al gobierno de Javier Duarte; por supuesto que éste no será tampoco el último. Su gobierno se ha visto plagado de escándalos de corrupción que lo han puesto al borde de la renuncia. En algún momento un columnista de la ciudad de México lo describía como “chivo en cristalería”.

Lo grave de todo esto es que mientras Javier Duarte se ha ocupado de administrar su corrupción, el estado se quedó inmóvil. No hubo obra pública en el estado. Las pocas cosas que inauguró Duarte tramposamente eran de la iniciativa privada o del gobierno Federal. Pero dígame usted, ¿cuál es la magna obra del gobierno de Javier Duarte? ¿?

Para colmo el dinero que han saqueado era no sólo para pagar proveedores, sino que parte de ese dinero lo enviaba la federación como participaciones presupuestales para la Universidad Veracruzana. En la semana se dio una enésima manifestación, donde la comunidad universitaria exige a Javier Duarte que pague los más de 2 mil millones de pesos a la Universidad Veracruzana.

Pero en medio de esa corrupción el estado de Veracruz vive una situación de gran inseguridad. En el norte del estado, en el centro, en el sur, en todos lados el crimen organizado está imparable. De nada han servido las “Fuerzas Civiles”, de nada han servido los operativos, de nada ha servido tampoco que los mismos ciudadanos traten de defenderse.

El crimen organizado se mueve a sus anchas en el estado. El ejemplo más reciente está en la masacre del bar Madame, donde varios sujetos a bordo de un auto llegaron al lugar sin que nadie los detuviera y mataron e hirieron a una gran cantidad de personas. Salieron, huyeron y nadie los atrapó.

Al día siguiente las autoridades levantaron a un chamaco, primero, dice el boletín, alertados por un anuncio en internet, después lo acusaron porque se parece al retrato hablado que algunos testigos hicieran de uno que participó en la balacera.

La Fiscalía del estado, desde hace ya varios casos, está basando la solución de muchos casos criminales en las confesiones de los sujetos que “atrapan”. Uno esperaría que un sujeto detenido y acusado de un crimen no llegue y ya porque lo atraparon se va a poner a confesar. Pues los métodos disuasivos de la Fiscalía lo consiguen. El muchacho fue detenido el lunes, para el miércoles ya tenían su confesión, que como dijo el detenido a su madre, se la sacaron a punta de madrazos. Una vez con la confesión en la mano la fiscalía se pone a acomodar las pruebas, para que señalen al acusado.

Corrupción e inseguridad, ese es el legado de un sujeto que nunca debió llegar a ser gobernador de Veracruz. Javier Duarte y Fidel Herrera, dos sexenios que representan la docena trágica que ha vivido el estado.

Postdata 1: El candidato de Javier Duarte nunca ha sido Héctor

La actuación de Javier Duarte le pega al candidato Héctor Yunes, pero si hacemos un poco de memoria, Héctor nunca ha sido el candidato de Javier Duarte. Javier siempre quiso con Alberto Silva, lo promovió hasta el descaro; ahora, dicen algunos columnistas, el candidato de Javier Duarte es Cuitláhuac García; sea que se haya puesto de acuerdo con el candidato de Morena o no, por supuesto que ha Duarte le conviene que Cuitláhuac sea gobernador; y es que en esencia ya se parecen un poco.

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