Héctor Yunes y la prensa

Prensa
Héctor Yunes reunió a varios periodistas en el Foro de Comunicación / Foto: Archivo
- en Opinión

Édgar Hernández* / Por un irrestricto respeto a la libertad de prensa y a no ser cómplice de crímenes de estado contra los periodistas llamaron centenares de representantes de todos los medios de comunicación de Veracruz al candidato a la gubernatura Héctor Yunes Landa.

Esto sucedió en el “Foro de Comunicación” organizado por el periodista Esau Valencia -quien seguramente tomará la estafeta que tiene abandonada Alberto Silva- en donde se corrió el maquillaje de lo que verdaderamente está sucediendo en Veracruz en esta materia.

Periodistas masacrados, una libertad de prensa violentada, omisos derechos laborales entre comunicadores y patrones y un derecho a la información que solo ejercen los “Ginos”, pero en favor del peor gobierno que ha tenido Veracruz en su historia, son el saldo.

Una legislación que rescate la necesidad de un salario mínimo profesional para periodistas, el derecho jurídico que impida la mutilación de textos o despidos por recomendaciones del gobierno; el derecho legal a la asistencia social y sanitaria; el derecho a la vivienda y catalogar a la profesión como de alto riesgo y en esa tesitura otorgar seguros de vida familiares, fueron parte de las exigencias para quien pretenda gobernar Veracruz en los siguientes años.

Así, desde Boca del Río, sede del evento se habló del futuro de los medios, poderes públicos y ciudadanos en donde las mujeres periodistas se pronunciaron por una equidad de género en las redacciones y en su conjunto los periodistas demandaron abrir una tregua por Veracruz y encontrar la reconciliación prensa-estado.

Y es que, se dijo, el periodismo en el nuevo siglo, amén de ser la profesión de más alto riesgo en el mundo,  transita entre la marginación laboral, el desprecio empresarial y una persistente molestia de los entes de poder que se ha traducido en agresión y muerte contra aquellos comunicadores que por decir la verdad son apartados e incluso masacrados.

Bien dice  Ryszard Kapuscinski “las malas personas no pueden ser buenos periodistas” cuando se refiere a la responsabilidad social que tiene un comunicador para con las audiencias que lo ubican como referente social.

Es en la comunicación social, no la oficial, donde se encuentra el canal de expresión y manifestación de la opinión pública, de ahí lo importante de la responsabilidad de informar.

Comunicar sigue siendo un apostolado.

El verdadero periodismo es intencional. Se fija un objetivo e intenta provocar algún tipo de cambio, un cambio como decía el ilustre veracruzano Fernando Gutiérrez Barrios no para dejar de ser, sino para ser mejores.

Así, hoy mismo sigue vigente el apotegma del deber del periodista que es informar, informar de manera que ayude a las personas y no fomentando el odio o la arrogancia.

Hoy en México, en Veracruz mismo, podemos encontrar muchos periodistas jóvenes llenos de frustraciones, porque trabajan mucho por un salario muy bajo, luego pierden su empleo y a lo mejor no consiguen encontrar otro. Todo esto forma parte de nuestra profesión, una profesión mal pagada y vilipendiada.

Luego de cumplir toda una etapa profesional acreditada por una licenciatura, maestría o doctorado en la materia se lanzan al mundo laboral de la información encontrándose con míseros salarios, prolongadas jornadas laborales, cero prestaciones sociales y una relación con los grupos de poder que no admiten censura o crítica alguna y que chantajean con dádivas llevando como letra de cambio la compra de la conciencia y la sumisión y silencio total.

En la contraparte, la que va en defensa de la ética y congruencia profesional, el escenario muestra a una reducida prensa crítica, arrinconada, señalada y amenazada, así como una persistente zozobra en la salvaguarda de su vida y persona.

Hoy de cara al tercer milenio se requiere de un cambio en las reglas del juego en las relaciones prensa-estado para poner fin a la zozobra laboral, garantizar el entorno familiar de asistencia social y salud familiar de los comunicadores y dar paso a una vida más digna para no estar sujeto a las condiciones de injusticia laboral que marcan los empresarios de los medios por un lado y por el otro el chantaje de los entes de poder.

Acaso por ello se requiere cambiar las reglas de juego en las relaciones prensa estado por la vía legislativa.

Importa pues una iniciativa de Ley que permita el establecimiento de un salario mínimo profesional para el periodista, letra muerta en otras propuestas legislativas de este tipo ya enviadas al Congreso del Estado. La exigencia por mandato de ley de otorgar contratos y prestaciones laborales, así como seguros de vida, médico y demás beneficios sociales y asistenciales, y

Garantizar la publicación real, sin mutilaciones, de los hechos narrados por los reporteros, redactores y editores en estricto apego a la libertad de prensa y libre expresión de las ideas.

Asimismo que el editor, dueño o responsable del medio sea obligado solidario con el trabajo publicado rechazando las “sugerencias” de despido y amenazas de muerte que deberán ser denunciadas y llevar puntual seguimiento.

Estamos en los tiempos del juicio final de un oprobioso régimen. Se impone exigir a quien pretenda el relevo del poder nos garantice respeto al libre ejercicio y expresión de nuestro trabajo.

Son tiempos de recoger las varas de una fiesta que empezó muy estruendosa y terminó en una batalla campal.

Son tiempos de reflexión y revisión. El próximo gobierno no puede ni deberá avalar ese funesto liderazgo de crímenes contra periodistas, como tampoco admitir que la Coordinación General de Comunicación Social funcione como una oficina de asuntos personales del gobernador dejando en ultimo termino la obligación social de comunicar a 8 millones de veracruzanos y dejar al garete a los mil 200 medios que existen en la entidad.

Bien se dice por otra parte que en el viejo canal 4 mas, hoy RTV se podría cometer el crimen perfecto, nadie lo descubriría porque nadie lo ve. Es un elefante blanco que debe estar en manos de periodistas, no de burócratas o familiares de la clase gobernante.

Y no mas persecuciones contra los periodistas.

¿Para qué sirve la Comisión Estatal para la Atención y Protección de Periodistas?.. Es el trampolín de inescrupulosos e inescrupulosas arribistas y caja chica de dueños de medios.

Ello al igual que la Fiscalía Especializada en Delitos Cometidos Contra Periodistas que se la dieron hace años como juguetito al hijo del magistrado Rene Alvarez  Montero y que sirve para maldita la cosa.

Urge se envíe al Congreso del Estado una iniciativa de ley que permita el establecimiento de un salario mínimo profesional para el periodista. Llego el momento en que Veracruz de la muestra del respeto por sus comunicadores.

La legislación en esta materia es letra muerta, pero además no hay un reglamento que las ponga en práctica por lo que se impone un cuerpo colegiado de periodistas y legisladores que se avoque al tema.

Habrá que recordarle a la opinión pública –todos los días y a todas horas- que la herencia maldita del régimen es de 18 periodistas muertos, 8 desaparecidos, 20 casos de agresiones investigados sin resultado.

Es Veracruz la segunda entidad con tener un protocolo de atención a periodistas por agresiones o víctimas del delito, un saldo que hoy nunca más queremos se repita en esta tierra liberal y de libertades.

Los periodistas seguiremos siendo el espejo del poder y no será con la persecución y muerte como se nos calle porque los periodistas somos una especie inextinguible.

Tiempo al tiempo.

 

*Premio Nacional de Periodismo

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