El efecto Tamaulipas

Escalante
Ricardo García Escalante
- en Opinión

Filiberto Vargas Rodríguez / «No me lo vas a creer, pero hoy mismo uno de los estados donde tenemos segura la victoria, es Veracruz. Duarte ya está sumado a la operación y se está movilizando la estructura del partido. En Veracruz ganaremos, no tengo la menor duda«.

En esos términos se expresó un personaje que ocupa un alto cargo en el Comité Ejecutivo Nacional del PRI, donde hacen sus propias mediciones y actúan en consecuencia.

Esa misma persona se refirió también al estado en el que peor pintan las cosas para el tricolor: «En Tamaulipas nos equivocamos. Elegimos a un mal candidato, quien se muestra con mala actitud y acumula el rechazo de un importante sector de aquella entidad. En Tamaulipas no hay forma de que ganemos».

A pesar de ello, la más reciente encuesta de El Universal, levantada entre el 23 y el 26 de abril, le da 6.1 unidades de ventaja a Baltazar Hinojosa Ochoa (abanderado de la alianza PRI-PVEM-Panal) sobre Francisco Javier García Cabeza de Vaca, candidato del PAN.

La elección en Tamaulipas tiene especial relevancia para quienes compiten por los distritos del norte de Veracruz. El tema que más preocupa a los tamaulipecos en estos momentos es el de la inseguridad y en gran medida ese mal rebasa los límites estatales e impacta en una franja importante del territorio veracruzano.

En el Distrito de Pánuco, Rodrigo García Escalante es la apuesta de la alianza «Para Mejorar Veracruz». Hijo del actual Contralor General del Estado (Ricardo García Guzmán) y hermano del alcalde de Pánuco (Ricardo García Escalante), Rodrigo tiene un fuerte compromiso en estos comicios: No sólo debe salir con la victoria, sino que le debe aportar a Héctor Yunes Landa el mayor número de votos posible, para compensar los que se pierdan en plazas tan complicadas como la zona Veracruz-Boca del Río, o en Xalapa y en el sur.

El reto es complicado. Enfrente tiene el activismo de la expriista Zoila Aradillas Guzmán, una joven con fuerte presencia en el Distrito, quien durante muchos años operó para promover el voto de otros candidatos tricolores y al no recibir la oportunidad, optó por aceptar la invitación de PAN y PRD.

El factor que favorece a Rodrigo García es que en la zona norte de la entidad Acción Nacional acumula muchos negativos. Los ciudadanos de aquella zona ya experimentaron con la alternancia y no les fue bien, por lo que se ha generado un rechazo generalizado contra los candidatos emanados del partido azul. La región que antes era una importante reserva de votos para el PAN, ya no lo es más.

Veracruz se ha convertido en un espectro en el que los más diversos colores se ven representados. El tono marrón de Morena se ha extendido por el territorio estatal y va ocupando plazas que antes lucían el color amarillo del PRD. El turquesa será el nuevo distintivo de Los Tuxtlas, mientras que la zona conurbada Veracruz-Boca del Río habrá de vestirse de amarillo y azul.

Mientras tanto, el rojo y el verde habrán de recuperar territorios que antes se consideraban vedados, como la zona de Córdoba o el norte de la entidad.

La consecuencia de todos estos reacomodos será, una vez más, la pulverización del voto, lo que favorece al candidato de la alianza Para Mejorar Veracruz.

No será, sin embargo, una elección sencilla. Hay entre los ciudadanos un evidente repudio a las autoridades actuales. Es mucho más que el simple desgaste del ejercicio del poder. La gente está muy molesta y son cada vez más los que asumen que la mejor forma de castigarlos es votando en su contra.

Ese es el gran reto de Héctor Yunes Landa. Convencerlos de votar por el candidato, más que por el partido.

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