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Javier Duarte, el patético “pone piedras”

Armando Ortiz / Para cualquier mandatario debería significar un indicio de fracaso, colocar la primera piedra de cualquier edificación pública a unos meses de dejar el poder. Más si es la segunda vez, como en el caso de Javier Duarte, que pone la primera piedra para la edificación de otro hospital, cuando el primero ni siquiera inició su construcción.

Banderazo de la autopista Tuxpan-Tampico, 1 de diciembre de 2010

El 1 de diciembre de 2010, el gobernador Javier Duarte salió volado de su toma de protesta para dirigirse al municipio que gobernaba su amigo Alberto Silva. Salió corriendo para dar el banderazo, un equivalente a poner la primera piedra, de la que debió ser la autopista Tuxpan-Tampico, “proyecto deseado por décadas –rezaba el boletín oficial-, que detonará inversión privada, empleo y mayor desarrollo en esta región norveracruzana”. En esa ocasión el gobernador se hizo acompañar del “empresario Miguel Alemán Magnani y del director estatal de la SCT, Agustín Basilio de la Vega, el nuevo mandatario detalló que la obra tendrá un costo de 3,500 millones de pesos y se llevará a cabo por tramos”.

El 15 de marzo de 2016 el portal Expreso.press de Tampico, Tamaulipas, publicó la siguiente noticia: “Aún sin fecha para la Tampico-Tuxpan”. En este medio se decía que se habían construido algunos tramos, pero que las obras, que iniciaron en 2012, estaban detenidas.

En ese entonces el gobernador “pone piedras” declaraba: “quise iniciar con el pie derecho, con esta gran obra, porque es un compromiso que establecí con mi gente y que hoy vengo a cumplir”. Ahora en 2016, sin autopista Tuxpan-Tampico, entendemos que Javier Duarte empezó con el pie izquierdo.

Primera piedra del Hospital Naval de Coatzacoalcos

En 2014 el gobernador Javier Duarte puso también la primera piedra de lo que sería el Hospital Naval de Coatzacoalcos, un hospital en el que se brindarían “servicios de urgencias, quirófano y consulta externa, con el valor agregado de una Unidad de Cuidados Intensivos, Rehabilitación y Medicina Física”. Para la obra se invertirían 160 millones de pesos que aportaría el gobierno del estado; se contaría para su funcionamiento con la participación de la Marina Armada de México.

El 7 de febrero de 2016 se entrevistó al Comandante de la Tercera Zona Naval Militar de Coatzacoalcos, Carlos Manuel Fernández Monforte Brito, se le preguntó por la obra que dos años antes prometiera Javier Duarte, obra en la que el colocó la primera piedra, por lo que el comandante dijo: “La verdad no tengo idea de cuando se inicie pero pues la esperanza no se pierde”. El hospital estaba programado para entregarse en un plazo de 10 meses, pero año y medio después sólo estaba la solitaria piedra en el predio donde ya debería existir un hospital, erigida como un monumento a su fracaso.

Primera piedra abandonada del Hospital Naval de Coatzacoalcos
Primera piedra del edificio de la Unidad Especializada en Combate al Secuestro

En agosto de 2014, también con mucho bombo y platillo el gobernador Javier Duarte puso la primera piedra del edificio de la Unidad Especializada en Combate al Secuestro (UECS) en la capital del Estado. El boletín decía que “con una inversión para comenzar de 90 millones de pesos se pone en marcha el trabajo de edificación, el cual se estará realizando en la avenida Arco Sur, Javier Duarte recordó que la Unidad Especializada en Combate al Secuestro ya está operando, sólo que no tenía un edifico propio, el cual en breve será construido”. Por supuesto, como se ha usted de imaginar, esta obra nunca se llevó a cabo, pues finalmente la Unidad Especializada en Combate al Secuestro se trasladó a Coatzacoalcos, en una casa rentada de la calle Sonora 723 de la colonia Petrolera.

Si usted busca en Google maps la dirección de la Unidad Especializada en Combate al Secuestro en Xalapa le dará la siguiente dirección: Calle Xico 4, INFONAVIT Pomona, 91040 Xalapa Enríquez, Ver.

Pero deje usted que Javier Duarte se la ande pasando poniendo primeras piedras de edificios que nunca se construirán, es patético que a estas alturas lo ande haciendo. Un buen gobernado debería estar inaugurando las magnas obras que realizara en su sexenio, los grandes puentes, las autopistas, los hospitales, las plazas, los aeropuertos, los segundos pisos. Pero no, el patético gobernador, a casi seis meses de dejar el gobierno, sigue engañando a la gente, colocando las primeras piedras de edificaciones que nunca se realizarán. Ya no sabemos si lo hace a manera de burla, o porque en verdad, en sus desvaríos se siga sintiendo gobernador.

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