El silencio como táctica

- en Opinión

Filiberto Vargas Rodríguez / Primera gran variante en el estilo de hacer política, con la asunción de Héctor Yunes a la candidatura priista al gobierno estatal: Miguel Ángel Yunes Linares (su primo hermano) no será quien marque la agenda política de Veracruz. Sus ataques no tendrán otra respuesta que el silencio.

En comida con periodistas de Xalapa, el virtual candidato priista al mini-gobierno (será el único que habrá de registrarse el 25 de enero, como lo establece la convocatoria) Yunes Landa dijo tener bien claro que fueron las respuestas airadas y el golpeteo mediático emanado del gobierno estatal, los factores que más hicieron crecer ante la opinión pública a Miguel Ángel Yunes Linares en la última década.

Desde los tiempos en los que gobernaba formalmente Fidel Herrera, se criticó en este espacio la “piel tan sensible” que tenía el entonces mandatario estatal para los temas relacionados con Yunes Linares.

Contaba en aquel entonces que colaboradores cercanos a Fidel Herrera hablaban sobre el intenso ritmo de vida que llevaba su jefe, lo que obligaba a los funcionarios de su gabinete a buscarlo en eventos públicos para sacarle acuerdos, pues era imposible localizarlo en su despacho.

En ese entonces decían que para poder acercarse a Fidel Herrera, los miembros de su gabinete preparaban antes “un  buen chiste, o un buen chisme”, lo que les permitía captar la atención del mandatario estatal, y a continuación podían plantearle los temas inherentes a su cargo.

En la recta final de su gobierno, ese buen chiste, o ese buen chisme, funcionaba mejor si se refería “al perro”, término con el que se refería Fidel Herrera (y por consecuencia todo su equipo) a Yunes Linares.

“Si tú le traes un chisme del ‘perro’, capaz que te sube a la camioneta”, comentaban sus colaboradores.

En este mismo espacio se narró otro incidente que demostraba la importancia que tenía para Fidel Herrera todo lo que decía Miguel Ángel Yunes.

El 18 de febrero del 2011 se publicó lo siguiente:

“Contaminado de odio hasta la médula, hace poco más de dos años el entonces Gobernador, Fidel Herrera Beltrán, ordenó furibundo: “¡Operen ya la salida de Pepe Yunes… ¡ ¡Le faltan hue… para enfrentarse al Perro!”.

“En aquel entonces José Yunes Zorrilla era el dirigente estatal del PRI y lo que hizo enfurecer al entonces Gobernador fue la publicación -como nota principal en el periódico Notiver de Veracruz- de unas declaraciones de Miguel Ángel Yunes Linares en su contra”.

Así pues, el crecimiento mediático de Miguel Ángel Yunes Linares ha sido, desde hace 10 años, directamente proporcional a la sensibilidad del gobernante en turno. Una de las herencias de Fidel Herrera que más han pesado al actual Gobernador (además de la deuda pública  y los millonarios compromisos con los medios de comunicación) ha sido ese personal y agudo encono contra el jefe de la dinastía Yunes Márquez. Él mismo se ha subido a las redes sociales a cruzar espadas con su enemigo, y en otros casos han sido sus colaboradores los encargados de hacerle frente.

¿Cuándo ha lucido más vulnerable Yunes Linares en su guerra contra Fidel Herrera y su heredero?

Cuando sus ataques no han tenido respuesta.

En ese momento entra en pánico y suele cometer errores graves.

En ese tema Héctor Yunes ha sido muy claro. “Pretende que me enganche y no lo va a lograr. En mi no tendrán eco sus ataques. No le daré oportunidad de que se victimice”.

Es otro el estilo, es otra la táctica.

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