Tragedia de Navidad

- en Opinión

Brenda Caballero / Si la memoria no me falla, hasta hace algunos años los días previos a la Nochebuena, eran de paz, armonía y compras. Los centros comerciales estaban llenos, pues la mayoría de la población pensaba en la cena navideña, algunos otros compraban regalos para el intercambio con parientes y otras familias completas viajaban a algún destino para pasar estas fiestas decembrinas.

Recuerdo que hubo años que escasearon las charolas de aluminio, pan blanco, sidras y hasta la mayonesa; los estantes lucían vacios… la población había arrasado con algunos abarrotes.

Contrario a esos años, hoy las cosas han cambiado en Veracruz. Los supermercados lucen medio llenos y no se respira paz; al contrario, hay una incertidumbre y malestar en la población.

En otra situación, este espacio hubiese sido un análisis al poder adquisitivo de las familias al comprar la cena navideña y decir algo obvio: “ya no alcanza”. Sin embargo ¿cómo puedo hablar de compras cuando ni siquiera se ha pagado a los pensionados? Definitivamente no puedo ser tan insensible al ver las caras cansadas de personas, en su mayoría de la tercera edad, manifestándose en las calles por exigir solamente el pago que les corresponde.

Si recordamos, una de las funciones del estado es proteger a sus ciudadanos ¿Qué ha pasado entonces? ¿Por qué en lugar de proteger sus derechos arremeten contra ellos los policías de seguridad pública?

Reconozco que el estado protege también a los demás ciudadanos, y seguramente dirá que está protegiendo el derecho al libre tránsito, es decir ante el “daño” causado por la manifestación pública de los pensionados por el cierre de las vialidades, puede tomar ciertas medidas de “protección”, pero ¿Por qué ir al choque y al enfrentamiento con personas de la tercera edad que en algunos casos hasta les cuesta moverse? ¿Dónde quedó el diálogo para evitar la fuerza pública y el uso de artefactos de control de delincuentes? Porque recordemos que para proceder de esta forma arbitraria se debe agotar “totalmente” el diálogo.

Ahora, esos aparatos de toques, las macanas y toletes son para control de delincuentes ¿o no?

Sólo falta que les avienten gases lacrimógenos o agua para deteriorar más su salud, y entonces sí, ya no pagarles definitivamente.

Pero viene la pregunta de los 4 mil millones (y no de deuda recientemente contraída) ¿puede el gobierno del Estado actuar así en contra de los manifestantes?

En marzo de este año, los diputados locales aprobaron la Ley número 561 de Tránsito y Seguridad Vial para el estado de Veracruz de Ignacio de la Llave publicada en la Gaceta Oficial número 146, la cual en su capítulo III, Permiso para el Uso de la Vía Pública, trataron de hacer una Ley Antimarchas, ya que su artículo 238 se menciona que los manifestantes deben avisar y pedir permiso con 6 horas de anticipación del uso de la vía pública. Posteriormente, ante la presión la Ley 561, fue modificado el artículo, quedando casi igual que el artículo 6° Constitucional que expresa: “la manifestación de las ideas no será objeto de ninguna inquisición judicial o administrativa, sino en el caso de que ataque a la moral, la vida privada o los derechos de terceros, provoque algún delito o perturbe el orden público…”

En este contexto se ampara el estado en decir que “repliega” a los manifestantes; sin embargo, un aspecto que se debe tomar en cuenta es que el estado debe de actuar de acuerdo a la tercera Ley de Newton: “A toda acción corresponde una reacción de igual magnitud, pero en sentido contrario”, es decir, la fuerza que se aplique a los manifestantes debe ser proporcional al riesgo en el que se encuentren. Si son personas de la tercera edad, no se les debe contener con un grupo de choque de policías de edad avanzada, sino tomar medidas conforme a su edad ¿o es que acaso les vieron cara de Scrooge el protagonista del Cuento de Navidad de Charles Dickens, y por eso se fueron encima de ellos pensando que les amargarían la Nochebuena?

Ahora, viendo que el estado se apega a la ley, ¿Por qué no repliega a los manifestantes de los 400 Pueblos? Estoy segura que todos los ciudadanos se los agradeceríamos.

Confieso que es un tema complejo y más cuando su servidora en muchas ocasiones se ha manifestado (también) a favor de los policías que cumplen su trabajo. Sin embargo, ahora sí se les pasó la mano a los que ejercen la seguridad en el estado y más cuando estamos en vísperas de la Navidad donde todo debe ser amor, paz y felicidad. ¿Cómo podemos decirnos tranquilamente Feliz Navidad como si nada estuviese pasando?

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