Todo a su tiempo

- en Opinión

Filiberto Vargas Rodríguez / Ni destape, ni mensajes cifrados. Será un encuentro de carácter político, que forma parte del protocolo previo al informe de labores que habrá de rendir el próximo domingo.

La comida del viernes en el rancho San Julián, de la familia Yunes en Perote, representa un esfuerzo más por impulsar la unidad del priismo veracruzano en torno a un solo proyecto: Veracruz.

Tampoco se trata de un desfile de figuras relumbrantes de la política y el servicio público nacional.

Acudirá, sí, el dirigente nación al del tricolor, Manlio Fabio Beltrones, ocupado como está en ser factor de unidad y motor para la construcción de acuerdos políticos.

Estará presente, también, Javier Duarte de Ochoa. Es de caballeros correrle la cortesía al primer priista de la entidad.

Acudirá Alberto Silva, en su calidad de dirigente estatal del tricolor y –de manera soterrada- como la carta del mandatario estatal para la sucesión del 2016.

El maestro Juan Nicolás Callejas, pieza fundamental en la maquinaria electoral del PRI en Veracruz, recibió invitación personal y directa del senador José Yunes Zorrilla para que los acompañe.

También estará presente el senador Héctor Yunes Landa. La invitación es consecuencia de los acuerdos que los dos senadores priistas de Veracruz tienen con miras a la sucesión del próximo año.

Acudirán, seguramente, otros personajes de la política estatal, que no han sido invitados, pero que se asumen como parte del “equipo” del senador peroteño. Ahí podrían aparecerse Carlos Brito, Gonzalo Morgado, Joel Arcos, Ranulfo Márquez, Ricardo Landa y Armando López Contreras.

Pretenden asistir algunos periodistas, los que se anotan, también, como voceros de Pepe Yunes.

Otros quizá se le peguen al Gobernador, como Érick Lagos y Adolfo Mota.

Habrá palabras del anfitrión y es muy probable que también se dejen escuchar Manlio Fabio y Javier Duarte, pero en sus discursos se pondrá especial énfasis en la unidad del priismo y en la trascendencia que tiene Veracruz en el contexto nacional.

No habrá pronunciamientos a favor o en contra de ninguno de los que suspiran por la silla que hoy ocupa Javier Duarte. No son ni el lugar ni el momento para ello.

Si algún mensaje ha traído Manlio Fabio Beltrones a Veracruz, ha sido la insistencia en esperar a que se cumplan los tiempos. Los que aspiren, que caminen, que se muestren, pero nadie se brinca las trancas, todos deben esperar a que se publique la convocatoria.

Nadie puede asegurar hoy que sabe cuáles serán los criterios para definir al candidato. Ese es un tema que aún no se ha definido.

Las encuestas, en efecto, tienen un peso específico al momento de las definiciones, pero no será el único factor. Los aspirantes lo saben, aunque parezca que no.

En el mensaje de José Yunes Zorrilla, el próximo domingo, tampoco habrá sorpresas. Hablará claro, como lo ha venido haciendo, acerca de su visión personal de lo que sucede en Veracruz, pero será respetuoso –lo seguirá siendo- de las instituciones y sus titulares.

Será eso: Un informe. Hará un recuento de lo que ha hecho en beneficio de los veracruzanos, y dirá también lo que falta por hacer. Pintará el Veracruz que hoy vivimos y el que él pretende impulsar.

Será un documento de gran interés, digno de ser analizado.

¿Y después?

Una vez concluido el período de promoción, dará inicio la carrera final, el sprint de los que aspiran y sienten tener posibilidades de relevar a Javier Duarte.

Será entonces cuando se conocerán los verdaderos tamaños de cada uno de los contendientes.

No antes.

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