El delegado

- en Opinión

Salvador Muñoz / Primer acto:

Es entrada la noche. Llega a un Hospital del norte, creo que de Tuxpan, y de inmediato, un fiel guardián del orden le cierra el paso:

–¿Y usted quién es?

–Soy el delegado…

Segundo acto:

Es entrada la noche. Llega a un Hospital de la cuenca, creo que en Cosamaloapan, y de inmediato, un fiel guardián del orden le cierra el paso:

–¿Y usted quién chingados es?

–Soy el delegado…

Tercer acto:

Es entrada la noche. Entra a ese Hospital de la cuenca, creo que en Cosamaloapan, y de inmediato, se acerca a una derechohabiente y le dice:

–¿En qué puedo ayudarla?

Y ésta le responde:

–¿Y usted quién chingados es?

Quien cuenta las anécdotas que ha vivido en su recorrido a lo largo del estado es Renato Alarcón Guevara y es seguro que usted igual se pregunte: ¿Y quién chingados es?

Es el delegado del Issste.

Tiene casi un año que llegó al Issste y cualquiera pensaría que ya come con manteca, pues dice que ha subido nueve kilos, pero su abultado vientre me dice que rebasa la decena.

Los mismos médicos del Issste, quienes le han hecho estudios y exámenes, le han dicho que su sobrepeso ha de ser por un desorden alimenticio pero que sólo con ejercicio podría resolverlo…

Le cuesta un poco de trabajo llegar a la actividad física pues su trajinar al menos una o dos veces por semana en el altiplano, que para checar recursos, asuntos administrativos, que liberación de plazas, aunado a sus recorridos por los distintos centros del Instituto en Veracruz, sólo le permiten algunas caminatas.

Y es que si en algo se ha caracterizado Renato Alarcón es que le gusta caerle de sorpresa, a cualquier hora y en cualquier lugar, a la planta laboral del Issste para ver cómo atienden a los derechohabientes.

Por eso es que con los primeros que tiene contacto son con los de Seguridad, y ha constatado que al menos, cuidan muy bien las entradas.

Su celular no para de sonar con puro “guasapazo”… platica que esta aplicación (el Whatsapp) es una forma de tener contacto, no sólo con directores de clínicas y hospitales, sino también con los mismos derechohabientes…

A pesar de la actividad tan exigente que implica la de ser delegado, trata de participar en los asuntos de la familia y gusta de ver a su hija, de cinco años, participando en concursos ecuestres montando a “Arete”, en memoria de ese caballo tuerto en el que el Presidente Miguel Alemán no creía, pero el General Humberto Mariles le tenía mucha fe, tan fue así que se vistió de oro en aquella Olimpiada de Londres, si no mal recuerdo…

A Renato le gusta montar, aunque no sé en cuál equino lo haga, si en “Malacate” (como el de María Félix) o “Bucéfalo” (como el de Alejandro Magno) y además es empresario administrando una UMA (Unidades de manejo para la conservación de la vida silvestre), donde tiene jabalíes y venados, pero confiesa que no le fue muy bien con el avestruz.

La plática es larga, llena de anécdotas, de cuentos, y de estar atendiendo, dando órdenes y girando instrucciones… y la concluye así, antes de despedirnos… el Issste clamaba su presencia:

–Un día fui a Cosamaloapan y pasé a saludar a Gustavo Arróniz a su notaría pero no estaba. Cuando me comunicaron con él, me dijo que estaba en el Puerto y me invitó a comer allá. Y me trasladé a Veracruz. Ya en la plática, que le digo: “¿Puedo hacerte una pregunta que puede resultar ofensiva?”

–Dime…

–¿Por qué te dicen “Toma-todo”?

–Esos hijos de su madre me desprestigian… he sido regidor, síndico y alcalde, y es cierto, he agarrado uno que otro dulcecito… pero estos cabrones ¡se chingaron la piñata, se chingaron la reata y se chingaron hasta el palo!

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