¿Y dónde está el dinero?

- en Opinión

Filiberto Vargas Rodríguez / Es la añeja confrontación entre la macroeconomía y la microeconomía.

Desde las propuestas del noruego Ragnar Frisch, en los años 30, pasando por el británico John Maynard Keynes, hasta la actualidad.

En términos generales, la macroeconomía estudia el comportamiento de variables económicas que surgen a partir de otras variables. La producción interna de un país, la inflación o el desempleo, son ejemplos de variables que se consideran en estos estudios.

La microeconomía, por su parte, analiza el comportamiento de unidades económicas individuales. Profundiza en la economía del individuo, de la familia, de la empresa o del mercado local.

Para ponerla más fácil. En las últimas décadas México ha puesto especial acento en la macroeconomía. Mantiene bajos niveles de inflación, cifras de desempleo que están en la media internacional o altas perspectivas en la exportación, por mencionar algunas variables.

Sin embargo, la economía interna está estancada. El jefe de la familia tiene cada día más problemas para llevar los satisfactores elementales a su hogar, como el alimento, el vestido, la salud o la educación.

Efectivamente, la empresa calificadora Fitch Ratings mantuvo la percepción de “estable” para la condición crediticia del estado de Veracruz.

Esta empresa privada resaltó del gobierno estatal el “fortalecimiento de la flexibilidad financiera de los últimos 2 años” y “la disminución significativa del pasivo no bancario”.

Menciona que el Plan de Ajuste Fiscal, así como las políticas de fiscalización y de recaudación le permitieron al gobierno mejorar los ingresos propios, mientras que se logró contener el gasto operacional.

Lo que también dice la calificadora, y poco o nada se mencionó en la conferencia de prensa la mañana del lunes, es que se señalan como las limitantes más importantes del Estado la deuda y los pasivos contingentes de pensiones.

“Los montos moderados de apalancamiento y los niveles altos de servicio de la deuda presionan de forma importante las finanzas estatales”, advierte el comunicado de la calificadora.

Según este análisis, el servicio de la deuda (esto es, lo que el gobierno destina año con año para pagar capital e intereses) es superior a 60% del flujo generado en 2014, lo que obliga a encender los focos rojos: Fitch Ratings advierte: “De deteriorarse la flexibilidad financiera, presionaría de forma importante las finanzas estatales”.

Sobre el sistema de pensiones, Fitch considera que, si bien con las reformas a la Ley del IPE las aportaciones extraordinarias disminuirán, “también se incrementará gradualmente la tasa de contribuciones regulares del Estado. Por ello la contingencia continuará aunque a un nivel menor”.

Un elemento fundamental del análisis realizado por Fitch Ratings a las finanzas de Veracruz está en el rubro de inversión pública. En el comunicado se advierte que “el incremento en el endeudamiento no se ha reflejado totalmente en la inversión”.

¿Y entonces?

¿A dónde se fue el dinero que nos ha sido prestado?

Una parte, seguramente muy importante, se fue a renegociar la deuda misma.

Otra porción, muy pequeña, se habrá traducido en inversión.

¿Y lo demás?

Ojalá nos lo expliquen con “datos duros”.

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