¿Cómo vender a Veracruz?

- en Opinión

Filiberto Vargas Rodríguez / En pleno proceso de una segunda reestructuración de la deuda pública, el Gobernador Javier Duarte de Ochoa se ha dado a la tarea de promover las fortalezas de la entidad, con argumentos que seguramente utilizará al momento de negociar con la Federación su aval para reducir las tasas de interés que hoy ahogan la Tesorería del estado.

Hoy el tema es que Veracruz consiguió en el 2014 la mayor derrama económica en el sector turístico, con más de 14 mil millones de pesos, y el gobernador explicó que eso se debe a que la entidad dejó de ser un destino sustentado sólo en sus tradiciones y recursos naturales, y se constituyó, además, en un estado dinámico, moderno y de gran infraestructura.

Javier Duarte volvió a «madrugar» a la prensa crítica. Inició su conferencia de prensa de cada lunes a las 7 de la mañana, ante un reducido número de reporteros, los pocos que fueron avisados del cambio de horario.

El mandatario veracruzano se resiste a admitir que sus pláticas con funcionarios de la Secretaría de Hacienda tienen como fin conseguir una nueva reestructuración de la deuda del Estado, y se limita a confirmar que «se analizan estrategias» para cumplir con las obligaciones que se le han acumulado.

Este lunes el tema en todas las oficinas de gobierno era la dificultad que estaba teniendo la Secretaría de Finanzas y Planeación (Sefiplan) para cumplir con el pago de la nómina.

La incertidumbre llegó a tal nivel, que el personal sindicalizado de la propia Sefiplan exigió -y obtuvo- una reunión con el titular, Antonio Gómez Pelegrín, para que les explicara porqué no les habían pagado desde el viernes, como está estipulado (el personal sindicalizado del Poder Ejecutivo del Estado debe cobrar el día hábil anterior a la quincena), y porqué no les habían pagado aún el «bono de imagen».

Versiones de los propios miembros del Sindicato señalan que Gómez Pelegrín reconoció ante ellos que «Veracruz pasa por momentos muy difíciles», por lo que les pidió «tuvieran consideración».

Esa no es la visión que Javier Duarte está vendiendo de Veracruz. Ese no es el Veracruz que se promueve como «moderno, pujante y en pleno crecimiento».

Por otra parte, el Gobernador aprovechó que estaba ante un foro «a modo» para externar su amargura por los señalamientos que han hecho contra su persona tras la ejecución múltiple en la colonia Narvarte de la ciudad de México, en la que fallecieron un fotógrafo y una activista que habían acusado a su gobierno de amedrentarlos.

Dijo que se le juzgó a priori, que se le sentenció sin juicio previo, pero que al final el tiempo le dará la razón, pues él «ni lo hizo, ni lo mandó a hacer, ni tiene absolutamente nada que ver en ese, ni en ningún otro caso en el que haya fallecido un representante de los medios de comunicación».

La referencia del mandatario estatal a este caso surgió a partir de que durante el fin de semana la Procuraduría de Justicia del Distrito Federal anunció la captura de otro de los presunto autores materiales del crimen, Abraham Torres Tranquilino, un ex policía que -según la versión del otro detenido, Daniel Pacheco- fue quien los llevó al departamento y tenía una cercana relación con una de las mujeres que ahí vivían.

Además, en la capital del país, periodistas, escritores y activistas anunciaron la publicación de un nuevo desplegado para pedir al Presidente Enrique Peña Nieto que garantice el «esclarecimiento inmediato» de la muerte del fotógrafo Rubén Espinosa, así como los crímenes contra otros periodistas en México.

Piden que «no se tengan contemplaciones» con funcionarios estatales o municipales que hayan estado involucrados.

Cuando se miente en las cosas simples, se pierde credibilidad en las importantes.

Hoy Veracruz es otro.

Hoy los veracruzanos ya tienen memoria.

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