Animales y “Animaladas”…

- en Opinión

Salvador Muñoz / Don Gato es un felino siamés ya viejo. Hace poco vimos heridas en su lomo quizás producto de la sarna que padece y que sus dueños no se la han tratado, ni a él ni a Terry, un perro como de nueve o diez años que igual pertenece a estos vecinos.

Viendo su andar lastimoso y cómo el pelaje se ha ido perdiendo, pienso en que lo mejor que podría pasarle a Don Gato sería “dormirlo”.

Le llamo “Don Gato” porque es el más viejo del vecindario y ningún otro felino lo molesta, como si lo respetaran… o en el peor de los casos, a sabiendas de que no representa rival en su disputa por territorio y gatas, no lo toman en cuenta… como sus dueños.

II

Juan Eduardo Robles Castellanos, diputado plurinominal por el PVEM en el Congreso local, presentó una iniciativa en torno al Bienestar Animal que causó polémica en varios puntos, como el concerniente a la matanza y eutanasia.

De acuerdo a explicación expuesta en su facebook, se trata de minimizar su estrés y sufrimiento contando con el dictamen de un médico veterinario que de fe de la gravedad del animal.

Me recuerda un pasaje con mi abuelo, siendo yo un niño. Estando en el jardín, vimos una parvada de tordos atacar despiadadamente a otro hasta que éste cayó al suelo. Rápido, acudí cerca de él y aún estaba vivo.

–¡Abuelo! ¡ayudémoslo!

–Sí…

Y con su bota Crucero aplastó su cabeza ante mi mirada de asombro… rompí a llorar mientras él me decía que lo había ayudado a bien morir.

¿Tendrá algo que ver el “bien morir” de mi abuelo con el caso que expone el diputado?

III

En el Artículo 108, que dice: Únicamente se podrá provocar la muerte de animales de compañía en los siguientes casos:

I. Cuando se encuentren en establecimientos, lugares e instalaciones destinados al mantenimiento y cuidado temporal “y el número de animales exceda la capacidad de operación de éste”, comprometiendo su bienestar y la salud del animal y los demás ejemplares. Igual da lugar a pensar mal, aunque el legislador asegura que no se trata de provocar la muerte de un ser vivo por el simple hecho de existir una sobrepoblación, sino que un ejemplar enfermo pueda contagiar a otros y por la falta de espacio no pudiera ser aislado del resto de los ejemplares.

Bueno, una cosa es lo que dice y otra lo que el entrecomillado refiere en cuanto a hacinamiento.

IV

El  artículo 109 dice: “Los centros de control y atención animal podrán provocar la muerte de los animales como una medida de control sanitario de poblaciones ferales y animales que deambulen libremente por la vía pública, de conformidad con lo establecido en la presente Ley y la legislación local en la materia”.

En la simple lectura, ha de disculpar el diputado, pareciera que se trata de eliminar fauna a diestra y siniestra de acuerdo a criterios personales.

Sin embargo, en descargo del diputado verde, entendiendo que no está en el Congreso por vocación de servicio ni por su amor a la naturaleza, quiero pensar que “la bestia” que le redactó su iniciativa, no tuvo el tacto ni la sensibilidad para escribir realmente lo que se pretende con su iniciativa: evitar dolor o sufrimiento en animales domésticos, de trabajo y como alimento, que estén enfermos o sean sacrificados en rastros.

Al final, creo que un gran número de personas queremos eso… evitarle dolor o sufrimiento a nuestros animales, pero nadie piensa en exterminio, que a veces entre líneas de dicha iniciativa, rozan esta palabra.

V

Ojalá que la iniciativa del diputado verde sea bien intencionada, y en serio, quiero pensar que lo es… pero si en verdad quiere que le creamos un poquito, me gustaría verlo en Xico, en Tlacotalpan, en la Concordia de Orizaba, manifestándose contra la “Xiqueñada”, contra el embalse de toros o contra la fiesta brava… quiero verlo con mordidas de perro, de gato; recibiendo amenazas o golpes, como los que padecen esos animalistas que arriesgan su pellejo cuando van al rescate de un peludo y que por supuesto, no son tan perfumados y trajeados como el diputado Robles Castellanos que desde la comodidad de su curul, se dice ecologista… ¡vamos! en pocas palabras: que su política sea acción y no tanto verbo…

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