La corrupción, nuestro eterno retorno
Emilio Cárdenas Escobosa / “Servirse de un cargo público para enriquecimiento personal resulta no ya inmoral, sino criminal y abominable” Marco Tulio Cicerón
Emilio Cárdenas Escobosa / “Servirse de un cargo público para enriquecimiento personal resulta no ya inmoral, sino criminal y abominable” Marco Tulio Cicerón