Se lo advertimos a Cuitláhuac García, ponerse del lado de aquellos que reclaman una deuda ilegítima al actual gobernador, significa que el día de mañana los tendrá en la puerta de sus oficinas. Por ello entendemos las variaciones de sus comentarios, pues primero dijo que él sí les iba a pagar, después que los pagos iban a ser escalonados, después que los pagos los iba a empezar a dar dentro de dos años.
Es fácil prometer, lo difícil es cumplir. Por supuesto que entre los que piden que se les pague hay acreedores legítimos, hay quienes pueden demostrar que realizaron un servicio, una obra o quienes entregaron algún insumo. El problema es que, como dice el dicho, «a río revuelto, ganancia de pescadores».
Gente como Alejandro Cossio, un coyote desenmascarado hace mucho daño al movimiento de los legítimos, pues el señor es el que más alaridos pega, pero es el que menos posibilidades tiene de cobrar. Allá Cuitláhuac si lo consiente, allá el futuro gobernador si acoge a tanto ilegítimo. Mañana no se los va a poder sacar de encima, pues varios de ellos han hecho de la extorsión su propio modus vivendi.
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