Y hay quien defiende las barbaridades de los morenistas en la Suprema Corte. Sabina Berman una de las más abyectas
Pobre mujer, negada para salir adelante por su propio talento, Sabina Berman prefirió el camino más corto, más fácil, inclinarse ante un presidente tirano en lugar de pelearse con Salinas Pliego. Ya en el trance de los halagos al presidente, la señora se convirtió en una intelectual aviesa, que distorsiona la realidad para acomodar a su mesías en ella. No se espera que alguien, que presumiera un poco de inteligencia, justificara las barbaridades que los morenistas y paleros de Veracruz fueran a cometer en la sede de la Suprema Corte de Justicia de la Nación. Las hordas de morenistas desearon la muerte de la ministra Norma Piña y hasta llevaron un ataúd donde deseaban enterarla.